El voleibol de Colombia es un deporte que tiene un enorme potencial. ¿Cuál es la situación y qué hay que hacer para mejorarla?
El futuro del voleibol en Colombia
A la hora de elegir deportes para hacer jugadas con el código Codere Colombia, surgen distintas opciones importantes. Una de ellas es la competición del voleibol, que está recobrando fuerza como uno de los principales atractivos, tanto en hombres como en las mujeres.
Pese a la popularidad de la audiencia, Colombia no mantiene la regularidad en sus competiciones. Esto lo pudimos ver con el equipo nacional, el cual, si bien ha logrado grandes objetivos, no se ha podido consolidar en el escenario sudamericano o internacional a lo largo de los años.
El problema parece estar en el financiamiento y la relevancia que se le da al deporte. En el país, el principal atractivo parece estar en el fútbol. Si bien es cierto que el público allí es mayor, eso no significa que las federaciones tengan que descuidar la situación actual que tienen las otras opciones.
Por ejemplo, en el país no existe una liga oficial, sino que todas las competiciones son a escala amateur. Si bien las y los jugadores tienen un buen nivel, el problema es competir en lo más alto cuando se necesita una liga fuerte y competitiva. Es decir, mientras no haya inversión, será difícil mantener al país en la élite deportiva.
La importancia de la profesionalización de los deportes
El crecimiento local de una disciplina siempre se relaciona con los objetivos comerciales. El financiamiento a cargo de los estados o las empresas privadas aparecen cuando está la posibilidad de generar ingresos. Es decir, que el propio sistema alimente el entretenimiento para una parte importante de la población.
Las quejas de que las ligas colombianas de voleibol no tienen las condiciones adecuadas tienen que ver con una problemática estatal, pero también con la falta de interés mostrado por los espectadores. Con esto no se quiere decir que no exista un público fiel, pero es cierto que la masividad todavía no está garantizada.
Si hay miles de personas que desearían que esta práctica en Colombia se pueda profesionalizar, lo cierto es que el propio mercado y la propia nación tomarán decisiones a favor de mejorar la calidad del juego. Por ejemplo, invirtiendo en equipamiento, canchas o salarios para todos los profesionales.
El hecho de conseguir logros a escala internacional puede servir para demostrar la problemática. Es decir, si las jugadoras vencen a equipos importantes sin tener una liga profesional, ¿qué es lo que ocurriría si tuviesen una estructura mucho más armada? Por ende, es fundamental también que todo mantenga su rumbo.
Sin embargo, si no se toman intervenciones a favor de la profesionalización, es probable que Colombia jamás vuelva a tener este nivel. Todo parece indicar que es el momento para seguir a las mujeres y los hombres de esta competición, ya que esto ayudará a generar un clima entusiasta y favorable a la posibilidad de que las condiciones sean dignas.