DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Por: Johan Eduardo Rojas López
Óscar Eduardo Soto Almario es el primer huilense, y el primer colombiano en ganar el ‘IX Premio Internacional de Poesía Jovellanos’. Ese 21 de marzo se convirtió indiscutiblemente en una fecha memorable para el joven que recibió este premio por ser el autor de “el mejor poema del mundo”, con su composición “La estatua de Bolívar”.
Oscar Eduardo Soto Almario, es un joven de 23 años de edad oriundo de Altamira- Huila, que actualmente reside en la capital del departamento. Es profesional en estudios literarios de la Pontificia Universidad Javeriana y coordinador del área de Lengua castellana del colegio Claretiano de Neiva, en donde da clases a los grados Octavo y Once.
Es quien ganó el pasado 21 de marzo ‘IX Premio Internacional de Poesía Jovellanos’ El Mejor Poema del Mundo. Este premio de gran relevancia en el panorama literario del mundo hispano, coincide con la celebración del Día Mundial de la Poesía y se realiza anualmente en el principado de Asturias, España. Este año participaron 2.029 candidaturas procedentes de 47 países, entre las cuales se destacó el huilense con su composición ‘La estatua de Bolívar’.
Elección de la cual Oscar Eduardo confiesa haberlo tomado totalmente por sorpresa. “Para mí fue totalmente inesperado, ni siquiera recordaba específicamente que había enviado ese poema. Yo me enteré del fallo sin querer, porque yo ya no recordaba realmente. Para mí fue una sorpresa que todavía sigo asimilando, creo que es una noticia bastante grande. El día en que salió el fallo que fue el día internacional de la poesía, me levanté y vi que en mi Facebook tenía varias solicitudes de gente desconocida y en Instagram me encontré con una solicitud de mensaje de un periodista de El Heraldo y en el mensaje me felicitaba por el premio. Ya cuando dimensioné las cosas fue cuando recibí una llamada de España a felicitarme por el premio, entonces vi el correo y me habían enviado el fallo hace varias horas.”, mencionó.
El joven literato indica que el poema lo escribió entre 2017 y 2019, pero lo tenía archivado, sin embargo, con el tema de la maestría en Literatura que actualmente adelanta en la Universidad Javeriana de Bogotá, revisó el material que ya tenía guardado a ver qué le servía y qué no, y ese poema estaba allí, esperando su momento. “A mí me gustaba mucho, entonces yo dije, no quiero que se quede por ahí botado porque además, me di cuenta que no cabía en mi tesis, y buscando me di cuenta que este premio tenía la convocatoria y lo pasé así como quien no quiere la cosa porque yo había visto que en los concursos anteriores habían ganado poemas más largos, solemnes y la cosa quedó ahí, y no seguí pendiente de eso.”, dijo.
“Yo veo el mundo como literatura”
Desde temprana edad ha vivido en diferentes municipios del departamento, Altamira, Saladoblanco, Garzón y Neiva. Esta vivencia en diferentes contextos le permitió entender rápidamente el territorio y a partir de ello, empezar a trabajar por sus sueños. “La etapa del colegio fue muy enriquecedora, porque fue donde comencé un poco mi camino hacia la literatura y me di cuenta de que me gustaba mucho. Terminé el colegio a los 16 o 17, si mal no recuerdo. De pequeño a mí me gustaba leer algunas revistas.”
“Aprendí a leer muy temprano y mi mamá me empezó a cultivar eso, me regaló algunos libros, como me veía motivado me compraba algunas cosas para leer y luego comenzó el tema de escribir. Yo comencé a intentar escribir, pero me di cuenta que para uno poder hacerlo tiene que leer, entonces eso me acercó todavía más al proceso de la lectura en una búsqueda figural y eso fue lo que, justamente terminó llevándome a hacer literatura. Me enamoré totalmente de ella, me di cuenta que era algo que me movía mucho más de lo que yo hubiese llegado a imaginar.”, menciona el huilense.
Oscar dice que para él, la literatura representa todo lo que lo sostiene como ser humano. “A pesar de que sí tuve mis desencuentros con la literatura y los sigo teniendo, sigo pensando que la literatura es algo que me ha acompañado constantemente a lo largo de mi vida, creo que uno podría llegar incluso a hacer otras actividades de manera distinta bajo los ojos de la literatura. Es increíble para todos, me sirve para todo y está en absolutamente todo lo que hago, entonces por eso mismo he tenido la certeza de que la literatura siempre me ha acompañado y siempre me va a acompañar, porque precisamente constituye unas gafas para mirar el mundo.”
Tiene claro que existe cuestionamiento sobre el criterio de la literatura, pero expresa que, “Yo creo que hay muchas cosas qué cuestionar a la institución literaria, yo creo que la literatura, si vamos a cuestiones más académicas, es una institución y también está asociada a un mercado cultural. Entonces hay muchas cosas desde la constitución de la literatura como institución y como mercado cultural que a uno siempre le resultan problemáticas y que es sano pensar de manera crítica. Yo creo que la literatura es como una evidencia de cómo evoluciona la cultura en una época y en un contexto determinado, ha sido una herramienta para leer y para muchas cosas a lo largo de la historia.”
La docencia, un ejercicio de construcción
Este joven creativo, disciplinado, paciente y enfocado, busca cada día ser un mejor humano, aportando, desde el ejercicio de la docencia, su otro gran amor. “Es un ejercicio de muchísimo aprendizaje, uno nunca termina de aprender. Uno entiende que los jóvenes consumen sus propias manifestaciones de literatura, entonces ahí uno puede mirar de qué herramientas nos podemos valer, que sean atractivas para ellos, que tengan elementos de la literatura para promover la lectura de los textos escritos o con un lenguaje articulado que es la difícil labor que tenemos los docentes. Ahora que los muchachos vienen de trabajar en la virtualidad, he tratado de fortalecer ciertas cosas que se han quedado olvidadas, por ejemplo, la ortografía, la gramática, ese tipo de aspectos básicos que nos sirven a todos para la vida.”, menciona Oscar.
Argumenta que hace falta dar espacio a otras manifestaciones artísticas dentro de la cultura popular. “Creo que en este momento la cultura popular para los jóvenes se está limitando exclusivamente a lo que aparece en redes sociales, que a veces resulta muy positivo, pero en ocasiones no les permite fomentar un pensamiento crítico frente a la realidad. Esto decirlo en general es supremamente problemático, no se trata de generalizar tampoco, pero sí es una situación que se ha presentado. Frente a productos de consumo de muchos jóvenes de hoy en día, creería que debería prestarse una especial atención a los videojuegos que han tenido muchas discusiones de si son problemáticos, si los jóvenes deberían tener acceso a muchos videojuegos y ese tipo de cosas, pero yo creo que el futuro de la literatura está en los videojuegos, porque estamos hablando ya de un espacio transmedia y hacia allá es donde se está desplazando un poco la producción de literatura.”
Festival de literatura de escritores interinstitucional
Dentro de las anécdotas más gratas que recuerda de su corta vida, y que rememora con alegría, pasión y, por supuesto, orgullo, es cuando estaba en grado once en el colegio Simón Bolívar de Garzón. “A mí se me metió en la cabeza la idea de que yo tenía que hacer un festival de literatura de escritores a nivel interinstitucional, entonces le pedí apoyo al colegio y me puse a llevar cartas a todos los colegios de Garzón, hablé e invité a otros profesores. Para mi mamá eso fue un estrés porque yo estaba haciendo cosas sin ninguna necesidad. Al final ese festival terminó haciéndose, tan exitoso fue que el colegio hoy en día lo sigue haciendo como proyecto del área de español cada año y me parece muy chévere que ese tipo de cosas sigan ahí.”
Reiteró también que disfruta escribir sobre ironías que ve en la vida cotidiana y, precisamente, el poema con el que ganó tiene esta esencia. “El poema con el que gané el concurso habla sobre la ironía de ser considerado héroe para terminar convertido en una estatua olvidada y destruida, entonces me gusta pensar en pequeñas ironías en todo, en el tema de lo histórico, en cómo concebimos al ser humano, en la manera en cómo enfrentamos día a día nuestra vida cotidiana. Me gusta eso, contar pequeñas ironías dentro de lo cotidiano.”
Finalmente, advierte desde su conocimiento que hay que seguir leyendo. “Con leer no solo me refiero a textos escritos, sino seguir leyendo con referencia a todo lo que hay a nuestro alrededor, hay que leer nuestra realidad, porque leer nuestra realidad nos permite proponer desde un sentido crítico y a partir de ahí, construir mucho mejor una sociedad que es lo que buscamos. Nosotros estamos leyendo constantemente, estamos leyendo las situaciones que vivimos en el día a día, estamos leyendo signos que encontramos, entonces yo creo que una manera de ver la vida desde lo literario es precisamente ver la realidad y el mundo como la literatura también.”
Por ahora, Oscar Eduardo Soto Almario este año estará finalizando su maestría y sigue recalcando el apoyo de su familia, quienes fueron los encargados de inculcarle el amor por la literatura. En consecuencia, sigue enfocado en la escritura, en terminar el poemario que se encuentra realizando y en fortalecer el tema de la investigación.
El Poema ganador
La estatua de Bolívar
En su cabeza,
una paloma.
Sobre su vientre,
un grafiti.
En una mano,
cuatro dedos.
Ser hombre es la peor de las vocaciones.
Ser héroe, el más equívoco de los destinos.
En la soledad del mármol
ningún prócer es feliz.
Óscar Eduardo Soto