Durante los últimos 25 años, Patricia Guzmán ha sido testigo silenciosa de la historia regional desde la caseta de impresos que tiene en la esquina de la calle séptima con carrera novena, y con la que educó a la familia.
DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Patricia Guzmán Méndez o la ‘mona de las revistas’, como la conocen sus clientes desde hace más de 25 años, se crio en la venta de periódicos e impresos, junto a voceadores de prensa y toda clase de noticias que, asegura, marcaron la historia reciente del Huila y de Neiva, particularmente.
Es tal vez la vendedora de prensa más conocida y popular de la ciudad, por su trayectoria y atención, con una caseta ubicada en la esquina de la calle séptima con carrera novena. Junto a la desaparecida panadería Peter Pan y donde anteriormente era el colegio Itre y ahora es una sede de la Uninavarra.
Herencia familiar
Su trabajo no es casualidad. Es herencia familiar. Afirma que unos tíos fueron los primeros en iniciar la venta de periódicos en Neiva y fueron enseñando el oficio a la nueva generación. De hecho, una hermana, Esperanza, también hace muchos años, tiene un puesto en la esquina del colegio La Presentación.
“Con un plante que tuvieron, mis tíos pusieron la exhibición de la prensa en unas parrillas, como era antes. Y a los pequeños nos tocaba ir y ayudarlos. Así fuimos aprendiendo el oficio”.
Recuerda el primer sitio de venta en la calle octava con carrera cuarta, en la esquina de donde hoy funciona Drogas Las Rebaja, “a una cuadra de la Galería. Estaba el antiguo Pasaje Camacho, un bar, La Gardenia…eso hace como 50 años”, hace memoria.
Pasó el tiempo y Patricia se acercó más a un tío que tenía unas parrillas en la carrera sexta con calle séptima, esquina. Fue quien terminó la enseñanza y la motivó a independizarse.
Con unos ahorros y aprovechando un programa de recuperación del espacio público, que habilitó 18 kioscos verdes estacionarias, siguió adelante.
“Pertenecíamos a una Asociación que lideraba el señor Ambrosio López, un compañero que tenía un puesto frente a la Alcaldía. Logró sumar a 20 puestos y clasifiqué por invitación suya”.
Se consiguió la plata para arrancar y escogió la esquina actual, vecina al más grande supermercado de la época, Daniels, en el barrio Altico, con masiva circulación de compradores, vehículos y transeúntes.
Era el de Éxito de entonces. También estaba el colegio Ciudad de Neiva, el ya mencionado Itre y cerca la Clínica de la Madre y el Niño, en una zona ampliamente residencial, que ya daba los primeros pasos hacia la posterior comercialización.
“Y un 14 de noviembre, hace 25 años, instalé mi caseta, autorizada, empecé a trabajar, a vender prensa y aquí estoy. Con ella, gracias a Dios, saqué adelante a mis hijos hermosos. Claro que con el tiempo agregué los minutos, recargas, la gaseosa y dulces”.
Tatiana Alexandra, lleva 11 años en la Policía; Alexander está hace 9 años y Pamela es estudiante. Ricardo Garzón, el padre de la familia, coordinador de una empresa de seguridad, murió de cáncer el año pasado.
Líderes de opinión
De años atrás recuerda como los periódicos de mayor demanda a los tradicionales El Tiempo y Espectador, pero especialmente El Espacio y El Bogotano.
“Los dos últimos por las noticias amarillistas y titulares sensacionalistas. La gente los esperaba por la tarde y se los rotaban. Los apretaba y salía sangre. Y El Espacio gustaba mucho por la ‘monita’ del final (una modelo desnuda, algo muy atrevido de publicar entonces) y el crucigrama”.
También gustaba la Revista Vea, por la misma línea; el Estadio, deportivo; las revistas Selecciones y las de adultos, “que se vendían, ufff, mucho, silenciosamente…Y para jóvenes y jovencitas Coqueta, con notas musicales y románticas; para las señoras Vanidades y Buenhogar”.
De las noticias que más recuerda por la venta que generaron están, de tiempo lejano, la muerte de personalidades, como la del ex ministro Rodrigo Lara, y más acá, cuando fallecieron en una liposucción las hermanas Alvarado.
“Y también cuando ocurrieron los atentados terroristas en la ciudad. Una en la emisora HJKK, aquí a media cuadra, frente a la casa donde vivo, y la segunda unas cuadras más adelante. Fue muy triste. Cuando el Atlético Huila subió por primera vez a la serie A”.
Con la modernidad, la tecnología y las nuevas formas de comunicación, como el internet, el negocio ha caído. Ya es menos la gente que compra el periódico y la pandemia, con los aislamientos, terminó de agravar el panorama.
Pero, como ella, hay clientes de décadas que no abandonan el papel, “que queda para toda la vida. El gustico de coger el periódico del día, disfrutar de sus páginas, leer lo que a uno le gusta, y acompañarlo de un buen tinto, como se hacía antes”.
Pero ‘la mona’ no se preocupa más de lo que la situación merece. Está convencida de que Dios le tiene a todas las personas un destino. Y es que es profundamente creyente y agradecida.
“Él me dio una segunda oportunidad de vida hace 10 años. Me recuperé. Estoy bien. A mis hijos les ha ido bien. Todo se hace con el corazón y con pasión”, afirma.
Destacado
“Y un 14 de noviembre, hace 25 años, instalé mi caseta, autorizada, empecé a trabajar, a vender prensa y aquí estoy. Con ella, gracias a Dios, saqué adelante a mis hijos hermosos. Claro que con el tiempo agregué los minutos, recargas, la gaseosa y dulces”.