Por Diana Montes
El tema MUJER tiene varias aristas. Considero que nuestro género se ha desarrollado en diferentes sentidos. Unas veces se les menciona para elogiar sus virtudes y sus funciones en la familia y en el desarrollo de la humanidad. En otras ocasiones se hace referencia a ellas para criticar el mal comportamiento de las personas que las rodean y las han convertido en víctimas de expresiones agresivas y violentas.
Lo anterior se manifiesta en todos los países. En muchos se observa que los tratamientos agresivos y violentos terminan por eclipsar el verdadero valor de la mujer. En el entorno de nuestras regiones, se evidencia un exagerado machismo. Se ha desbocado al punto de atentar contra sus vidas.
El feminicidio ocurrido recientemente en Unicentro deja claro que hay una desprotección total. La víctima, Erika Aponte, había denunciado el peligro en que se encontraba y solicitó una medida de protección, pero nadie hizo nada para prevenir y evitar el crimen.
Nuestro país afronta un ciclo profundo de actos de violencia y discriminación que se traducen en actitudes psicológicas hostiles, bromas hirientes, acusaciones falsas, comparaciones simbólicas, reclamos patrimoniales, acoso sexual callejero y conyugal, entre otros.
La problemática social debe ser atendida de forma inmediata por el Estado en sus niveles nacional, departamental y municipal, con programas que profundicen en el ámbito sicosocial, cultural, laboral, político, económico, educativo y de emprendimiento, que permitan una mentalidad independiente equilibrada, solidaria y afectiva.
Con estos parámetros el papel de la mujer cobraría una mayor importancia en el contexto social y su papel contribuiría en mejores condiciones al desarrollo de los seres humanos. En el caso específico de nuestro territorio, se hace necesaria la creación de la Casa de la Mujer en cada municipio. La idea es que desde estos espacios se pueda cumplir objetivos precisos y fundamentales para lograr los resultados esperados.
Por otra parte, también aspiramos a fortalecer los canales de denuncias no solamente a través de las instituciones jurídicas sino de aquellas que brinden asesoría a sus procesos de vida con el fin de cancelar para siempre las burlas a la justicia en torno a ella.
Cuando la mujer haya logrado su real sentido de vida, estaremos celebrando un triunfo para su grandeza.