A medida que avanza la jornada nacional de vacunación, la sociedad colombiana se encuentra a la expectativa para lograr el cometido de irradiar este biológico a toda la población, con el fin de lograr una inmunidad de rebaño. Aunque los indicadores de la pandemia por el Covid se han vuelto a incrementar en todo el país, lo cual nos obliga a no relajarnos, ni confiarnos de esta información estadística que diariamente nos suministran las autoridades sanitarias en el país. Durante las últimas cuatro semanas las cifras que nos suministran los boletines diarios que emiten el Ministerio de Salud y la Secretaria de Salud Departamental, reflejan un leve incremento en la velocidad de contagios de este mortal virus en el territorio colombiano.
Pero una nueva amenaza aparece ahondar más la crisis epidemiológica en el horizonte de la humanidad. El virus, sigue deambulando libremente por el ambiente. Pero están apareciendo nuevas variantes que están generando una gran preocupación en las autoridades sanitarias. Tal es el caso de las mutaciones Delta, Mu y ahora la Ómicron. La pandemia vuelve a sacudir al mundo a causa de este virus, la nueva forma del exasperante Sars-CoV-2, que amenaza con pasar por encima de todo el arsenal científico, social y cultural desarrollado en estos dos años para atajarlo.
Hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incluyó en el listado de las formas preocupantes entre las que se encuentran las ya enunciadas en el anterior párrafo, lo que impulsa a reforzar la vigilancia para detectarla a tiempo y evitar su propagación, además de acelerar las investigaciones para conocerla prontamente y cualificarla en su verdadera dimensión, con el fin de tener argumentos soportados en la ciencia para actuar con certezas que atenúen el pánico y frenen la especulación que empieza a evidenciarse.
Ya en Brasil, se confirmaron dos casos de este coronavirus. Igualmente, en Chile apareció el primer caso de la variante ómicron en un viajero proveniente de Ghana, quien había arribado al país austral el pasado 25 de noviembre, informó la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Salud de Valparaíso. Por este motivo, el gobierno nacional, dadas las circunstancias, y porque lleva implícito el deber de proteger a la sociedad colombiana de la potencialidad de infecciones ante una pandemia que, aunque ha dado una tregua optimista en otrora, aún está distante de su terminación, la exigencia del carné de vacunación como requisito para ingresar a espectáculos públicos o privados o a sitios de diversión y ocio que impliquen aglomeraciones es una medida que debe tener buen recibo.
Lo deseable, desde luego, es que estos niveles de contagios y muertes cedan cada día. Que con una vacunación que ya bordea la meta gubernamental de los 35 millones de esquemas completos o aun en algunas edades con la tercera dosis, y ya avanzando en la vacunación de niños, se pueda entrar a una nueva normalidad segura. Sin embargo, la realidad aún tiene otra cara. Y es que el covid-19 sigue entre nosotros. Y al mirarnos en el espejo de otras naciones que llevan un camino andado, donde las nuevas olas golpean fuertemente, urge no bajar la guardia en un contexto de evidente reactivación, tal y como lo revelan las cifras.