El presidente Gustavo Petro, ha afirmado que la orden de la no intervención del Ejército en los recientes acontecimientos en San Vicente del Caugán, Caquetá, donde se produjo una protesta que terminó en la trágica muerte de un policía y un campesino, fue dada por él mismo en su papel de comandante de las Fuerzas Militares.
El presidente explicó que una intervención militar en una manifestación de 7.000 campesinos solo podría generar una masacre y que esto solo se ve en las dictaduras, no en una democracia. Petro también destacó que la asonada se produjo inicialmente contra la empresa Emerald, donde tanto los campesinos como el subintendente Monroy perdieron la vida. Solo después de la llegada del gobierno se logró la liberación de todo el personal retenido y la negociación pacífica.
Por último, el presidente señaló que la situación de indignación del campesinado que se congregó allí proveniente del Guaviare, la Macarena, Putumayo y el Caquetá, se debe a que sienten que se incumplieron acuerdos firmados por el gobierno Duque en Altamira y por el incumplimiento de sanciones impuestas a la empresa.
La afirmación del presidente Petro ha generado reacciones encontradas, ya que algunos sectores consideran que se trató de una decisión acertada, mientras que otros creen que la falta de acción por parte del Gobierno permitió que la situación se descontrolara y se produjeran las trágicas muertes.
