El sector de La Victoria, en Villavieja (Huila), convocó a aficionados y expertos locales, nacionales e internacionales en torno a la investigación, conservación y protección del patrimonio geológico y paleontológico de la región y el país. Diario del Huila, conversó con la coordinadora del Grupo Museo Geológico e Investigaciones Asociadas del Sistema Geológico de Colombia.
Diario del Huila, Especiales
Entre el 7 y 8 de noviembre se realizó el Encuentro de Museos y Colecciones Geológicas y Paleontológicas, que este año llegó a su quinta edición y se celebró por primera vez fuera de Bogotá. La Victoria, un centro poblado ubicado en Villavieja, Huila, fue el lugar elegido para acoger las conversaciones, charlas y talleres que se llevaron a cabo durante estos dos días.
“Este Encuentro convocó a responsables de colecciones, academia, entidades territoriales y comunidades alrededor de la protección del patrimonio geológico y paleontológico. Por esta razón quisimos hacerlo en Villavieja, que no solo cuenta con gran abundancia y variedad de fósiles, sino que también quienes viven aquí tienen una profunda apropiación y reconocimiento de este patrimonio”, afirmó Victoria Corredor, coordinadora del Grupo Museo Geológico e Investigaciones Asociadas del SGC.
La elección de Villavieja como sede del V Encuentro de Museos y Colecciones Geológicas y Paleontológicas cobra especial relevancia por el reciente nombramiento del bioma neotropical del Mioceno Medio de La Venta, Huila, como patrimonio geológico por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS).
En esta ocasión, el reconocimiento fue entregado a tres personajes representativos del municipio: César Perdomo, fundador del Museo La Tormenta y quien descubrió el fósil del ave del terror que fue noticia hace unos días; Andrés Vanegas, fundador del Museo de Historia Natural de la Tatacoa; y Frank Cardozo, director del Museo Paleontológico de Villavieja.
Diario del Huila, converso con Victoria Corredor, geóloga de la Universidad Nacional de Colombia y coordinadora del Grupo Museo Geológico e Investigaciones Asociadas del Servicio Geológico y con Juan Manuel Herrera, geólogo desde hace 30 años, sobre la relevancia que tiene el llamado yacimiento fosilífero, existente en Villavieja y por qué esta región está en el punto de mira de la exploración geológica en Colombia.
¿Por qué pensar en Villavieja para realizar en el Quinto Encuentro de Museos y Colecciones Zoológicas?
Decidimos hacer este encuentro, sacarlo de Bogotá, hacerlo algo menos centralizado, para que pudiera verse la presencia no solo del Sistema Geológico Colombiano en el territorio, sino también darle la importancia a los territorios que están preocupados en este momento y que están trabajando por la gestión de su patrimonio zoológico y paleontológico.
¿La opción era Villavieja?
Este encuentro se desarrolló en esta región. Previo a antes ya habíamos hecho otro encuentro de museos en el sector del Alto Ricaurte, en Boyacá, porque son sectores del país en donde la vida se ha preservado a manera de fósiles de una manera excepcional. En este caso, la fauna que reposa en esta región está de aproximadamente 13 mil millones de años y es una fauna que hoy está en el resto del país y por eso se conserva también en esta región.
¿Y ello a que se debe?
Gracias a las características climáticas actuales es que podemos encontrar estos ejemplares en tan buena exposición. Y es para nosotros muy grato encontrarlo y ser parte de esta colaboración que se tiene con las personas que explotan de una manera turística y cultural este patrimonio que nosotros tenemos de nuestro pasado.
¿Qué lleva a la conservación y protección y a que la gente se apropie del territorio?
Colombia no solamente es un país multi diverso en la parte cultural, sino también en la parte biológica y geológica; por eso es que estamos hablando de un país geo diverso. Esa geo diversidad a veces se concentra en ciertas regiones del país en donde encontramos variedad de especies, variedad de tamaños, variedad de géneros y especies, de organismos que vivieron en aquellas épocas, como les mencionaba hace un momento, hace 13 mil millones de años, y en las cuales se preservan.
¿Cómo podemos dimensionar lo que usted dice?
Hacernos una idea, que hace unos 13 mil millones de años la cordillera oriental de Colombia no estaba levantada. Tan así es que en la Sabana de Bogotá hay unas rocas que se acumularon en la misma época y saber que están estos fósiles aquí que se acumularon cuando la cordillera no existía y estaba bajo el nivel del mar. Después se levanta la cordillera y quedan aislados algunos sitios. Entonces, hoy por hoy encontramos que, en la parte central del Valle del Magdalena, debido a esa gran tasa de erosión que hay, se descubren todos estos fósiles que fueron acumulados en aquella época.
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¿Este es entonces un sector privilegiado?
Hoy por hoy los tenemos preservados y el objeto de esta visita es integrar todo para que las personas que les gusta la paleontología se aprovechen de eso, adquieran conocimiento y ese conocimiento sea transmitido a las personas que vengan a visitar la región. Con eso se genera un atractivo de mucho mayor que tiene tanto paisajístico como la parte astronómica, que pueden gozar aquí las personas que trabajan en el tema.
¿En qué más se puede aprovechar?
La paleontología y el turismo, el geo turismo, sería una fuerte inspiración para la gente que trabaja en la región.
¿A nivel de problemáticas cuáles identifican alrededor de este territorio?
Tenemos algunas problemáticas que más están asociadas a los yacimientos paleontológicos con el expolio es decir, cuando la gente va y está sin ningún control sin ninguna rigurosidad, sin ninguna documentación, lo cual no permite una investigación en materia científica aunado al tráfico ilícito en la compra y venta de fósiles y en Colombia en la Constitución política y en las leyes de cultura del 97, claramente determinan que los fósiles son patrimonio de la Nación por ende no son comercializables. Una subasta de estas reliquias estaría entrando dentro del campo no legal en el país. Además, es deber y derecho de todos los colombianos disfrutarlos y protegerlos.
¿Cómo ponerle freno a esa problemática?
Una de las herramientas es precisamente la comunidad y aquí ya tiene avanzado un fuerte proceso de apropiación de su patrimonio, entonces es la misma comunidad quien empieza a advertir ya sea a la Policía de Turismo o a la Corporación Autónoma Regional y ellos se comunican con nosotros; esto ya pasó alguna vez, en donde todas las personas que pretendan hacer una intervención o una excavación, requieren de solicitar una autorización y está hasta que no esté, no se da.
¿Cómo integrar todo eso al gusto de la gente?
A través de una persona que replique lo que hace un geólogo y puede mostrar algunas estrategias las cuales algunas son de turismo digamos como recreativo y otras son un pasito más allá en lo académico, que está cogiendo fuerza para cierto público; obviamente no todos los turistas, pero si hay una parte del turista que está interesado no solo en tomarse alguna foto o admirar el paisaje de la zona sino también en que le cuenten que hay y que se ha hecho a nivel de fósiles y cuál es esa importancia. En algunos otros territorios se ha hecho esta figura que es paleontólogo por un día, entonces se monta un tipo de excavación como semejante a una real pero que no tiene los fósiles en el sitio, sino que es una representación para que niños y quizás también adultos puedan aprender cómo se hace un proceso de excavación.
¿Qué se ha hecho hoy en Colombia a nivel geológico? ¿Cómo lo impulsan ustedes?
En todos los territorios en los que estamos siempre tratamos de que los niños sean un público constante, entonces siempre estamos en los colegios y tratamos de hacer esas relaciones especialmente con los colegios públicos por las características que tienen y los niños son los grandes replicadores en las familias; por ejemplo en las zonas rurales donde a veces no es tan fácil convocar a las personas que tienen sus trabajos, entonces son más dificultades de asistir a este tipo de encuentros a veces, cuando tenemos estas actividades de enseñanza con los niños, pero no solo enseñanza sino también actividades de apropiación, donde ellos mismos también nos enseñan a nosotros qué es importante en su territorio y que identifiquen como patrimonio en sus territorios, ellos son los que viven ahí entonces que todo este intercambio también se vaya esparciendo y ampliando en las zonas rurales.
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