La inseguridad ciudadana ha desbordado la capacidad de respuesta de las autoridades para contrarrestar la creciente ola de atracos y hurtos contra las familias colombianas, en todos los municipios del país. No hay región del país, sin que se presenten estos actos delincuenciales, que tienen en vilo al bienestar de la sociedad colombiana. Igualmente, la presencia creciente de mensajeros de los grupos narcoterroristas que acuden a dejar amenazas a los propietarios de los establecimientos comerciales, para que acudan a las montañas para negociar los montos de las vacunas que deben cancelar mensualmente, so pena de atentar contra su patrimonio y contra su vida. Este fenómeno se ha venido incrementando de manera exponencial desde que se posesionó el presidente Gustavo Petro el año anterior. Hemos regresado 5 lustros por la laxitud y la benevolencia que ha tenido el gobierno nacional, por el debilitamiento progresivo del aparato armado del Estado, ordenado desde las instancias nacionales. Por tal motivo las comunidades se encuentran desesperadas por tales atrocidades, porque se encuentran indefensos de la protección gubernamental.
Tales hechos delincuenciales, han provocado que se estén presentando diversos estilos entre las familias colombianas, para contrarrestar a estos delincuentes que los tienen azotados. En muchas zonas residenciales han ubicado cámaras de seguridad y sirenas de alerta. Cuando se presenta un caso delictivo, cualquier ciudadano residente, prende la alarma desde su casa. Inmediatamente la reacción no se deja esperar. Salen simultáneamente personas armadas de palos, armas no convencionales y con actitudes violentas atacan a los bandidos, dejándolos heridos y en muchas ocasiones muertos. Además, les queman las motos donde se movilizan. Cuando llaman a la policía, los recogen totalmente moribundos, para ser llevados a un centro hospitalario. Es importante aclarar que no apoyamos esta clase de justicia por cuenta propia. La justicia es la que debe imperar.
Simplemente. Estamos narrando los hechos violentos que se presentan con estos atracadores y que son ampliamente difundidos por las redes sociales. Igualmente, en las varias regiones se están organizando frentes de seguridad para hacerles frente a los integrantes de las organizaciones guerrilleras. La paloterapia, se ha convertido en la principal arma que tienen las familias colombianas para contrarrestar estos desmanes que van en contravía de la normatividad colombiana. Estas situaciones se están presentando en todas las localidades donde hacen presencia estos grupos que se encuentran al margen de la Ley. Ya no interesa que anden armados. Son multitudes de personas que le salen al paso cuando se atreven a huir.
Diariamente en las regiones, están apareciendo personas desconocidas muertas, sin que se conozcan los móviles y las personas que hayan cometido estos crímenes. Es un fenómeno social y político, que ya raya con las líneas de la buena convivencia que deben primar en las regiones, buscando siempre la tranquilidad y la sana convivencia en las familias colombianas.