Por: Juan Yamid Sanabria
El pasado miércoles 2 de octubre fue la elección de la mesa directiva en la cual fui designado como presidente para el periodo 2025 de la corporación, así como la concejala Lourdes en la primera vicepresidencia y Jesús Garzon en la segunda vicepresidencia. Durante esta semana quedan tres reflexiones: frente al Concejo, la comunicación y la ciudadanía. La duma municipal históricamente se ha percibido como un escenario de presión para obtener beneficios particulares, con varias excepciones; pero con la coyuntura del desastre del gobierno anterior aproximadamente el 84% fue renovado, y con ello llegaron profesionales, líderes sociales, empresarios, un exalcalde, entre otros perfiles que se destacan en cada intervención, nunca perfectos, pero si capaces de debatir con altura los temas de ciudad. Las sesiones descentralizadas serán la oportunidad de llevar esas capacidades a los barrios para escuchar, proponer, controlar y discernir, mediante una agenda articulada con las juntas administradoras locales – JAL, las juntas de acción comunal – JAC, líderes comunitarios y sociedad civil; siempre en el marco del respeto y con temas puntuales que permitan citar a funcionarios para dar trámite a las solicitudes presentadas. En mi caso, ser del movimiento de gobierno infringe una doble responsabilidad, la primera por el voto programático que acompañó al alcalde Casagua y la segunda como servidor público. El control político es imprescindible para mejorar, no solo para figurar. La opinión pública gira entorno a los canales de comunicación, que para nuestra época tiene un mayor alcance en las redes sociales, donde una noticia falsa se puede convertir en una posverdad para apoyar o destruir en minutos la imagen construida durante años. Por otro lado, los medios escritos, radiales y audiovisuales tienen una gran responsabilidad de informar con las voces que la ciudadanía reconoce por su trabajo o controversias, en ambos escenarios debe prevalecer la libertad de prensa, por supuesto sin descalificar, desinformar o crear etiquetas que causen daños irreparables. Finalmente, el mayor compromiso será con la ciudadanía, primero promoviendo la presentación de proyectos de acuerdo que actualicen políticas públicas para reducir brechas de desigualdad y segundo creando cooperación con otros concejos municipales del Huila para atender problemas estructurales como el corredor de inseguridad. La ciudadanía ha perdido la fe en la palabra, es necesario recuperar su valor.
