Por: José Eliseo Baicué Peña
La radio es mágica. La radio es ágil, inmediata, útil, agradable, humana, … y, como uno de los primeros y más importantes medios de difusión a través de la historia, la radio mantiene su naturaleza sobre las bases de la calidad íntima del cara a cara, del tú a tú con el oyente, del contacto directo que la mayoría de los medios no posee.
La radio ha prestado una invaluable ayuda al ser humano desde sus inicios. No sólo como medio informativo, sino como elemento de compañía en las guerras y en la paz, en las ciudades y en los campos, en familia y en la soledad, en la infancia y en la vejez, en los buenos y en los malos tiempos, en el hogar, en el auto, en la calle, en todas partes la radio ha estado casi que unida al hombre y a su desarrollo.
Se puede afirmar, con toda certeza, que de todos los medios de comunicación, la radio es inherente al progreso del hombre.
Ahora bien, con toda esa connotación, y contrario a lo que muchos suponían, la llegada de la tecnología a la radio hizo que su ímpetu y posicionamiento acostumbrados, se proyectara aún más y llegara a muchos más públicos. Eso es lo que está sucediendo en el mundo moderno con las aplicaciones virtuales o digitales a la radio.
Por ejemplo, las transmisiones de programas a través de Facebook Live se han convertido en una forma práctica y masiva de llegar a más oyentes y seguidores casi que sin ningún límite fronterizo.
Todo este protagonismo a través de la historia, ha hecho que la radio hoy se constituye en uno de los escenarios no estatales donde cobra más fuerza el debate de lo público. Debido, principalmente, a su poder de convocatoria, a su completa cobertura y a la facilidad de construir espacios propicios para a discusión de los temas del diario vivir.
En la radio, la opinión pública se muestra como un elemento valioso y se convierte, cada vez más, en un derecho que facilita la interacción de la sociedad civil con la sociedad política, con el Estado, con los gobiernos. Es un espacio que facilita la solución de conflictos. Por eso, los ciudadanos acuden a la radio para presentar sus quejas, reclamos, peticiones, denuncios, y atropellos, entre otros.
El martes 13 de esta semana que acaba de pasar se celebró el Día Mundial de la Radio. ¡Que viva la magia de la radio!