Víctor G. Ricardo
Este domingo estaremos en la primera fecha de la elección para Presidente y Vicepresidente de la República de Colombia, en la cual si ninguno de los candidatos saca más del 50%, nos alistaremos para la segunda vuelta que será el 19 de junio, la que ganará quien logre la mayor votación.
Son varias las firmas encuestadoras que en la mayoría de los casos han sido contratadas por empresas de medios de comunicación y alguna otra que por su propia decisión ha medido la intención de voto y podríamos decir que sólo tres los candidatos son los que tienen opción real de llegar al poder por sus votaciones, pues si bien en las mediciones se presentan algunas diferencias, todas reflejan las mismas tendencias.
Empecemos por decir que los tres candidatos más opcionados son los que mejor se han sabido conectar con el sentir de la ciudadanía que está cansada de los abusos de poder, de la corrupción y de las falsas promesas y por eso no se trata simplemente de un cambio de un gobierno, como en otras oportunidades, sino de una apuesta por nuevas visiones ideológicas las que no necesariamente reflejan programas estructurados, sino sentimientos y necesidades de cambio, cultivo perfecto para ideas populistas.
Volviendo a las encuestas encontramos que los tres opcionados son Gustavo Petro, Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández. En todas las mediciones aparece siempre como ganador Petro, pero llama la atención que mirando la evolución de las diferentes mediciones todo parece indicar que ya llegó a un techo para la primera vuelta. En los últimos estudios, aparece con el 35,8% en el Centro Nacional de Consultoría, mientras que en Guarumo con 37.9% y en Invamer con el 40.6%.
El segundo es Federico Gutiérrez, quien con el Centro Nacional de Consultoría obtiene un 20.8%, en Guarumo 30.8% y en Invamer 27.1%, en lo que se destaca que después de un gran ascenso derivado de las consultas realizadas en marzo, pareciera haberse estabilizado y reporta crecimientos mucho más moderados.
Y de tercero encontramos a Rodolfo Hernández, que es la gran sorpresa de las últimas encuestas, pues varios analistas después de las consultas y de observar que se mantenía con un 13%, se habían arriesgado a pronosticar que su posibilidad de estar entre los finalistas había desaparecido, lo que parece no ser cierto. En efecto, durante la época de las consultas, Hernández dejó de crecer y se mantuvo en un 13%, lo que se explica porque hubo un tiempo en que despareció del día a día en su activismo político, pero dicho paréntesis fue solo temporal, pues tan pronto regreso a su campaña y se le dio nuevamente espacio a su discurso anti políticos tradicionales y anticorrupción demostró su real capacidad de entender y comunicarse con la gente. Es así como en las mediciones presenta un resultado en el Centro Nacional de Consultoría de 19.1%, en Guarumo de 20.3% y en Invamer de 20.9%, lo que en algunas de éstas representa un empate técnico en primera vuelta con Gutiérrez.
El caso de los otros candidatos como Sergio Fajardo e Ingrid Betancur que ya renunció y apoyó a Rodolfo Hernández, no tienen un respaldo mayor significante , por lo que no tienen ninguna posibilidad de llegar a una segunda vuelta.
Y hablamos de segunda vuelta, porque es importante señalar que se ve muy poco probable que alguno de los candidatos saque el próximo domingo más del 50%, lo que nos lleva a pensar que definitivamente habrá un balotaje y el tema a definir es quién acompañará a Petro en esta segunda ronda, pues entre Gutiérrez y Hernández aún nada está definido.
Para finalizar con este breve análisis de las encuestas, es importante señalar que los resultados finales en la segunda vuelta serán una especie de voto-finish, pues el ambiente de polarización que se ha generado lleva a un país que se debatirá entre quienes votan a convicción y los que lo hacen en contra de un candidato, acercándonos casi que al plebiscito que vivió el país con los acuerdos de paz.
Pero más allá de este análisis de probabilidades, lo que es cierto es que lo que puede estar en juego es nuestro sistema político, económico e incluso social. Lo importante es que debemos aprovechar de nuevo las justas electorales que se avecinan para derrotar la corrupción, reforzar la institucionalidad, fortalecer la democracia y escoger al mejor de todos para construir un país donde impere la libertad y se recuperen los valores, la ética y la moral perdida.
Los tiempos que vienen, desde el puente de vista social y económico, no serán fáciles y tenemos que garantizar que nuestros gobernantes sean los mejores preparados y prenda de garantía de los cambios que se requieren hacer en el marco de un Estado de Derecho.