Como era de esperarse, María Fernanda Cabal, se inscribió como candidata al senado con el número 100; lo que ella significa, 100 puntos en honestidad, coherencia en defensa de principios, de derecha, no con el sinsabor del centro como ella misma lo definió, y menos del extremo centro como se define el desabrido de Duque.
Como ella misma lo dice: “Los tiempos de Dios son perfectos”, esta sabia expresión de aplicación para todos los creados, dice de la bondad de las decisiones divinas de las cuales es una convencida MFCabal, quien siempre invoca la sabiduría divina en todas sus actividades.
Ello implica que, será con toda seguridad la senadora más votada del país, dentro de su partido, condición que le dará la legitimidad total, para organizar otra estructura política que le garantice a Colombia mejores opciones políticas y de desarrollo, distintas a los consejeros de Uribe que han llevado al CD a la situación de cuidados intensivos.
Lástima de verdad, que las grandes ilusiones se hayan convertido en vanas ilusiones, por culpa no solamente de la incapacidad de Uribe, no en ser un gran ideólogo, sino en no saber mantener la vigencia de un partido, por darle gusto a conciliábulos de poca monta, más como administradores de una cocina.
Nos dedicaremos definitivamente a la lucha por la conquista del Senado de María Fernanda Cabal (100), y no de cualquier manera, sino en forma superlativa, para que, con votos, como la única forma de expresarse la democracia, se obtenga la curul más votada del país, para buscar esa legitimidad, perdida por las maniobras fraudulentas de los cocineros del sancocho uribista.
Con la selección de los miembros de las listas al congreso, nos damos inicialmente cuenta, de que el CD en el senado, se atenderán los intereses de Garzón, con un representante de Cambio Radical, para buscar continuar con esas maniobras politiqueras del reciente nuevo socio eléctrico.
Todo un intercambio de favores políticos, propio del carrusel de amigos inseparables del Senador Macías en el Huila, donde solo se cambian los lugares a ocupar, pero siempre los mismos con las mismas.
Todo esto fue el motivo del rechazo unánime, que genero el liderazgo del CD en su oportunidad, hoy consumido por “jugaditas” en la desgracia electoral, sanción que la democracia le tiene asignada a quienes efectúan sus propias traiciones.
Esas son las situaciones desastrosas, y por las que hay que acompañar a María Fernanda Cabal, para devolverle la salud y la higiene a la democracia colombiana, asquienta por estas épocas, y de la cual ha sido víctima, pero puesta la ilusión de que nos garantizara, volver por los fueros de la verdadera política.