Carlos Yepes A.
Cada cuatro años el pueblo de Colombia acude a las urnas para elegir un nuevo presidente. Les pasa a los colombianos lo mismo que cuando se llegaba a una casa en cierto pueblo en el Huila y decían “aguarde tantico que vamos a amarrar el perro” y resulta que la realidad se trataba era de esconder un “tonto” del que nadie quería que se supiera que existía, de esta manera pretendían engañar a la persona que llegaba, propósito que nunca lograron.
A diferencia de esto al pueblo de Colombia sí lo han podido siempre engañar. Una élite perversa ha venido manipulando cada proceso electoral logrando permanecer en el poder con el único fin de lucrarse. A lo largo de la historia han podido “vendernos” un supuesto mesías que nos sacará de pobres y la verdad, a la espera de éste, todavía no se asoma.
Han engañado al pueblo utilizando todo tipo de estrategias a lo largo de los distintos comicios. Recordemos promesas que han pasado a la historia como las casas sin cuota inicial, la paloma de la paz, la de establecer la igualdad entre los hijos legítimos y los naturales; temas como el de Venezuela siempre han sido utilizados: «Al diablo el partido de gobierno venezolano si cree que se puede meter a intervenir en la política colombiana»; hasta los géneros musicales como el vallenato: «Con qué aquellos que golpearon al músico (vallenato) Alfredo Gutiérrez… pretenden darle consejos al electorado colombiano; La paz «Yo pongo como árbitros de si somos la paz o no, a aquellos que están en estado de beligerancia contra las instituciones. Que les pregunten a los de las FARC, al ELN, al M-19, al ELP, si ellos creen que la paz la van a tener con un gobierno conservador, o con un gobierno liberal».
Mas adelante utilizaron a la gente, como lo había hecho Clinton en los Estados Unidos con éxito y Chile en sus campañas. “Es el tiempo de la gente” Samper; “Llegó el momento de Colombia, llegó el momento de la gente”. Pastrana. Y como les había funcionado el tema de la paz y de Venezuela, las campañas más recientes nos vendieron la seguridad democrática y el miedo al castrochavismo como nuevas versiones de estrategias electoreras, queda demostrado así que nos han engañado con los mismos temas y argumentos generación tras generación.
Esto lo ha orquestado siempre en Colombia una élite perversa, de la cual todos sabemos cuáles familias la integran y que grupos económicos poseen, son los responsables de la desigualdad y la consecuente pobreza de la “gente” de este país, los datos así lo demuestran, padecemos de una pobreza histórica y una desigualdad sin precedentes. La OCDE emitió su informe sobre los estudios económicos del panorama de Colombia con corte de febrero de 2022, “Colombia tiene el nivel más alto de pobreza y desigualdad de América Latina”, esa es nuestra realidad y no es de hoy ni la van a solucionar mañana, es histórica, estructural y la seguiremos padeciendo por muchos años.
Ahora han llegado nuevamente con un grupo de candidatos, de todos los matices y de todos los colores, a engañar nuevamente al electorado, a manejar sus miedos y sus emociones, a vendernos la paz, la educación, la seguridad y cuanto más se les ocurra y les sirva para lograr su objetivo: poder político y económico que les permita mantenerse como una élite por encima de los intereses del país.
Por eso les invito a transitar por la historia, a reflexionar acerca de lo que le conviene al país, a comparar al menos las propuestas de gobierno y a no caer como tontos en los engaños en que históricamente nos han hecho caer. Les comparto una frase de un expresidente humanista que me parece cobra validez en la actual “tontienda electoral”.
“Hay compatriotas que aún no están dispuestos a sacrificar sus privilegios, aunque sean causa de zozobra para el país entero”. Belisario Betancur.
cyepes@hotmail.com