Álvaro Hernando Cardona González
Ahora que el actual gobierno ha decidido seguir la senda de prácticamente todos sus antecesores, de “buscar la paz por medio del diálogo con quienes generan violencia” contra el pueblo colombiano, nos ha llegado la hermosísima historia de Janusz Korczak, un polaco y judío que arroja lecciones precisas.
Repasemos la historia. Escritor, pediatra y defensor de los derechos de los niños. Fue un popular autor y locutor en la Polonia de antes de la Segunda Guerra Mundial, que fue obligado a vivir en el gueto de Varsovia, donde continuó ocupándose de las necesidades de los huérfanos. Aunque recibió varias ofertas para garantizarle su seguridad y escapar del gueto, en agosto de 1942, voluntariamente acompañó a los niños bajo su cargo al famoso pero tenebroso campo de exterminio de Treblinka, construido por el Tercer Reich de Adolf Hitler. Recordemos que Hitler escogió la guerra pese a múltiples esfuerzos por los países europeos por evitarla.
Realmente Janusz Korczak es un seudónimo tomado por Henryk Goldszmit, el escritor, quien en 1912 se convirtió en director de un orfanato de Varsovia, y lo dirigió según sus principios, basados en los derechos y la dignidad de los niños. Luego se se convirtió en una figura destacada de la sociedad polaca, por sus escritos y sus emisiones radiofónicas sobre la educación y el desarrollo infantil. El diario de Korczak pone de manifiesto las duras condiciones del centro, cuando en 1940 los confinan en el gueto, y luego por el número cada vez mayor de huérfanos, al punto de que para 1942, el orfanato llegó a tener una ocupación de alrededor de doscientos infantes. Ese año, durante la llamada “Gran Deportación” del gueto de Varsovia, los nazis dirigieron su atención a los orfanatos y los liquidaron uno por uno. Como ya se dijo, Korczak decidió acompañar a los niños a su cargo, llevándolos al Umschlagplatz (punto de deportación), desde donde fueron deportados. En su diario, escribió: “La ciudad arroja a niños en mi camino, como pequeñas conchas de mar, y yo simplemente soy bueno con ellos. No pregunto de dónde vienen, ni por cuánto tiempo, ni adónde van, para bien o para mal”. Korczak, encabezó el desfile de niños a las cámaras de gas y murió con ellos.
“Un hombre que era capaz de confiar en los niños y jóvenes de los que cuidaba, hasta el punto de dejar en sus manos las cuestiones de disciplina y encomendar a algunos de ellos las tareas más difíciles con gran carga de responsabilidad”, expresó acerca de Korczak el psicólogo suizo Jean Piaget, quien al parecer visitó el centro fundado y dirigido por aquél.
¿Qué lecciones deja la historia para construir la paz auténtica que tanto necesitamos los colombianos? Palabras clave: voluntad de quien ansía la violencia; trabajo, ocupación y disciplina; amor, nunca odio ni rencor; sacrificio por quienes se ama, sin hacerles daño.