Dos centenarios y un encuentro
Este 2024 se celebra el centenario del cómic en Colombia, una manifestación artística que ha evolucionado significativamente en los últimos años, alcanzando gran vitalidad y reconocimiento.
Por: Martha Cecilia Andrade Calderón
En Colombia, según el artículo 21 de la ley 23 de 1982 los derechos de autor corresponden durante su vida, al autor, y después de su fallecimiento lo disfrutan quienes legítimamente los hayan adquirido por un término de ochenta años; una vez vencido el plazo, la obra pasa a ser parte de dominio público. Por esta razón, la extraordinaria novela de José Eustasio Rivera, desde 2008 el público ha tenido potestad sobre ella. En consecuencia, la obra ha sido un referente clave para producir múltiples meta-textos artísticos en pintura, escultura, música, cine, telenovelas, cantos, danza, teatro y hasta en el noveno arte, el cómic.
Este último, a pesar que ha sido tímidamente protagonista del arte en Colombia, este año 2024 cumplió cien años de existencia en el país. Lo ratifica la obra de Adolfo Samper con su cómic Mojicón historieta que se publicó en 1924 en el diario bogotano “Mundo al día”, hasta 1931. Luego hacia los años 60, el famoso Copetín, personaje creado por Ernesto Franco llenó su vacío. Casualidad o no, la novela riveriana como el género del cómic colombiano se han unido este año para celebrar su centenario de presencia en la literatura colombiana.
La evolución del cómic tiene su fuente de origen, entre otros países, Estados Unidos, España y Francia, quienes lideraron su evolución moderna hasta llegar a la novela gráfica. Latinoamérica recibió sus influencias, pero ha sido México, Argentina y Chile quienes más avanzaron en su recepción. Colombia, relegando su manifestación artística, tuvo que esperar hasta 1993 para reconocer la valía de estas publicaciones, cuando se dio la Ley de la Democratización y Fomento del Libro, y se declaró que “se consideran libros, revistas, folletos, coleccionables seriados, o publicaciones de carácter científico o cultural, los editados, producidos e impresos en la República de Colombia, de autor nacional o extranjero, en base papel o publicaciones en medios electro-magnéticos”. Vale destacar queel cómic ha trascendido las páginas impresas para tener presencia en otros formatos, como el cine, la televisión y videojuegos.
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A lo largo de estos 100 años, el cómic colombiano ha experimentado una evolución sorprendente, existen variadas obras que incluyen géneros de aventura, humor, drama, ciencia ficción y realismo social, entre otros. En los últimos 20 años su desarrollo se ha apoyado y divulgado en la creación y consolidación de editoriales independientes, festivales, encuentros, concursos, eventos dedicados al género, como el Festival Internacional de Cómic de Bogotá y el Salón del Cómic de Medellín. Existen museos y galerías especializadas.
En la actualidad, el cómic nacional goza de una gran vitalidad y creatividad desde artistas y escritores que enriquecen con sus obras, el menospreciado género otrora. Es así como desde el siglo XXI goza de estatus y hace presencia hasta en las pruebas ICFES en los módulos de Comprensión de Lectura Crítica de los exámenes SABER; y la FILBO le reserva su lugar especial en uno de sus pabellones.
Dentro de este gran género del cómic ha surgido otros subgéneros como el de la novela gráfica, de gran predilección por los jóvenes de hoy en día, quienes cultivan más la imagen que les ofrece las tecnologías que los formatos análogos de la lectura en papel. Es así como se cuenta dentro del canon algunas primeras obras en cómics como: Calidez Aislada (2012) de Camilo Aguirre; la biografía novelada, Gabo: memorias de una vida mágica (2012)de Oscar Pantoja, quien recibió el Premio Romic al mejor comic latinoamericano, en Italia. Raquel y el fin del mundo de Mariana Gil Ríos. Los once, Miguel y José Luis Jiménez (2014); Caminos condenados (2016) de Pablo Guerra, Camilo Aguirre y Diana Ojeda, entre otras.
Y es precisamente dentro de esta relación que nos encontramos con Óscar Ricardo Pantoja Estupiñán (Ipiales,1971) uno de los autores pioneros de la novela gráfica en Colombia que tiene un acervo de obras interesantes que se urden desde varios géneros cultivados por el autor: literatura, novela, cuento, guion; cómic infantil, biográfico, cine y novela gráfica.
Su osadía como guionista le hizo proponer una gesta literaria gráfica: adaptar una de las obras cumbres de la literatura colombiana La Vorágine y llevarla a ser una Novela Gráfica, independiente de la original pero que conserva su trama. La primera edición fue en 2017 y lleva ya cuatro ediciones. Junto con el dibujante José Luis Jiménez, Pantoja ha llevado a diversos lugares su novela gráfica como un homenaje a Rivera en este año del Centenario de su publicación. Han visitado varias ciudades, y Neiva no escapa de ello. Por eso tendremos la feliz oportunidad de conducir un conversatorio, el próximo lunes 28 de octubre a las 5:00 p.m. en la Agencia Cultural del Banco de la República. ¡Esperamos contar con su presencia y enriquecer nuestro diálogo! No se lo pierdan.
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