Sería un disparate, por decir lo menos, que no fuera Rodrigo Lara el próximo gobernador de los huilenses. La irracionalidad de los dirigentes, no puede llegar a tanto, como para impedir que el norte del Huila sea la liberación de la esclavitud de la corrupción y del desmadre de la administración pública regional. Apoyar otro candidato diferente es directa e indirectamente consentir y apoyar al nefasto gobierno nacional actual, que ha llevado en tan solo un año, al deterioro económico y moral del país, para hacerlo extensivo a nuestra región, ya consumada en el delito, y en la corrupción hasta los tuétanos.
Los partidos políticos unidos por esa coincidencia feliz, de ser opositores al actual gobierno, deben mantenerse unidos regionalmente, por esa misma coincidencia, de evitar que la tragedia nacional se haga extensiva a nuestra región; es inadmisible que los intereses particulares de muchos dirigentes que predican regionalmente el desastre de este gobierno nacional, mientras a nivel nacional, en los escenarios del congreso sigan haciendo pactos con el demonio.
Esa doble moral, ni siquiera maniqueista, sino hasta delincuencial, como elemento perturbador, para salir de la irracionalidad política, y dar pasos agigantados hacia la recuperación del Huila.
Así como necesitamos anticiparnos a la recuperación de Colombia, debemos hacerlo con nuestro departamento, porque hace rato venimos con gobiernos que han utilizado el presupuesto regional para sacrílegos intereses, donde la corrupción es la comunión diaria que solo nutre el aparato digestivo de los politiqueros de turno.
Por esta y otras muchas razones, seguiremos debatiendo el acontecer de la política regional, seguiremos apoyando la candidatura del médico Lara, quien demostró por su paso por la alcaldía de Neiva, su probidad, estatura moral y ejecutorias en favor de los neivanos y huilenses.