Aníbal Charry González
Por el informe que ha entregado Asamblea Visible del Huila sobre el funcionamiento de la Duma, afirmando que los diputados están en deuda con la comunidad y que fue la misma corporación la que se encargó de desprestigiarse por su incompetencia, especialmente con “El proceso de elección del Contralor del Huila que definitivamente salió muy mal, luego de que el presidente Alexander Vargas metiera a la brava en un orden del día la elección del ganador, a pocas horas de las elecciones al Congreso de la República lo que reflejó un aparente interés de cambio del cargo por votos para sus jefes políticos” -Diario del Huila 29 de julio de 2022-, que confirma lo que expresara el exministro Jaime Castro sobre su importancia en el mundo político hace unos años como “dueños de clientelas electorales que manejan votos en los departamentos”, obliga a una reflexión sobre si se justifica su permanencia a un costo enorme para el erario.
Y si a eso agregamos lo que lapidariamente dice también el informe, de que “Las sesiones extras de inicio del año también dejaron mala imagen, especialmente de la mesa directiva, que citó a más del 70 por ciento de sesiones sin tener ningún punto en el orden del día, “sesiones express” que nos costaron más de 200 millones. Así mismo la liviandad con la que la mayoría de diputados tratan a los secretarios que no dan respuestas, responden tardíamente o no asisten…”, que los presentan como unos estafadores del fisco y defraudadores de sus electores que no cumplen con sus funciones lo cual es una endemia nacional, tenemos que convenir que estas corporaciones manipulables no sirven para nada porque no tienen funciones de trascendencia, y desde ese punto de vista son unas piezas anacrónicas que solo llegarían a tener un peso real si se crean las regiones, como también lo ha sostenido con acierto el exministro Jaime Castro.
Es que es tan intrascendente su función que siempre ha estado vinculada con la politiquería y abrevadero de burócratas, y no con un ejercicio serio de la política como arte de gobierno y de servicio a la comunidad, haciendo verdadero control político para la buena gestión de la administración en el departamento, que según una encuesta que realizara El Tiempo por Twitter hace un par de años, el 82.3 por ciento de los encuestados no sabían que hacían los diputados, y sin embargo votaban para elegirlos producto del contaminado sistema político que tenemos sostenido por la corrupción y el clientelismo que vemos secularmente, que elige congresistas, diputados, concejales y gobernantes comprometidos con sus venales financiadores y no con los intereses nacionales.
Y en el caso del Huila, con la denuncia que hizo el director de Asamblea Visible Yilber Saavedra, sobre la vergonzosa clausura virtual de la asamblea y de que cada diputado gana 25 millones de pesos mensuales sesionando solo 3 días a la semana, asista o no, confirma la necesidad de acabar o reformar estas corporaciones parasitarias e infectadas que solo se podrá hacer por referendo o constituyente.