Por: José Eliseo Baicué Peña
Es evidente el significativo avance que las bibliotecas universitarias han registrado en los últimos años con el desarrollo de la tecnología y la generación de nuevo conocimiento.
Hoy, las comunidades académicas y científicas experimentan un mundo de bibliotecas multimediales, hipertextuales, transmediales, en las que se presenta una simbiosis compuesta por el libro de papel como tal, y los componentes audiovisuales, digitales y sonoros, permitiendo la integración de las nuevas tecnologías con alternativos sistemas de aprendizaje soportados en procesos absolutamente interactivos y ágiles.
A esta modernización documental se suman adecuaciones ergonómicas en sus muebles, mejor iluminación, múltiples accesos a internet y al fluido eléctrico, haciendo parecer estos espacios como laboratorios del conocimiento donde se propicia el estudio y se cultiva el saber.
Además, a estas nuevas bibliotecas les han incluido zonas de bienestar donde se dispone de espacios para un café y alimentos, para juegos, para diálogos, para reuniones, sofás, y cubículos personalizados con pequeños muebles para descansar los pies.
Es decir, que lo más posible es que la tendencia será a un incremento de estos centros documentales modernos que invitan y propician su estadía haciéndola más productiva, más amena y mucho más práctica.
La tecnología facilitará las búsquedas, consultas y análisis de documentos; así como la generación de conocimiento, y con él el desarrollo y progreso de los pueblos. No olvidemos que cada vez más las industrias de la inteligencia ganarán protagonismo haciendo que los países que más inviertan en ciencia, tecnología e investigación serán las pioneras en el control y manejo del mundo.
Las potencias del mundo de la actualidad como Estados Unidos, China, Corea, Japón y Alemania, hace más de cuatro décadas invirtieron un buen porcentaje de su PIB en educación, ciencia y tecnología, y llevan la delantera en la implementación de la Cuarta Revolución Industrial (4 RI) en la mayoría de sus procesos y planes de desarrollo.
Aplaudo a las universidades colombianas que ya incursionaron en esta modernización de bibliotecas proyectando convertirlas en los sitios ideales de estar dentro de las universidades.