Viendo las recientes decisiones del gobierno, concretamente sobre el “otro paso” para la fumigación con glifosato, hemos llegado a la conclusión de que existe un temor reverencial del gobierno, hacia las Cortes, igual o peor que los ciudadanos con el Covid 19.
La OMS envió un mensaje al mundo sobre la existencia de una pandemia, estableciendo una relación de miedo, que era más una pandemia, dado que esa organización de la ONU está al servicio del comunismo internacional orientado por China, con fines diabólicos, entre otros de reducir el tamaño de la humanidad, empezando por las personas de la tercera edad, que, según ellos, no representan utilidad alguna para la sociedad, en términos de la relación costo beneficio.
De otro lado, en el gobierno anterior, nos enviaron un mensaje igual de terror y miedo a los colombianos, también como otra pandemia, para ganar el Plebiscito, que en términos legales perdieron, pero que, por obra y gracia de ese miedo, fue “legalizado”, aunque la palabra no es la apropiada, sino que realizaron un golpe de Estado, en contubernio con las otras ramas del poder público, en un vulgar, dañado y punible ayuntamiento, y nos hicieron toda clase de amenazas, hasta del acrecentamiento del terrorismo urbano.
Existe esa coincidencia terrible, entre las dos pandemias, el miedo; donde sometieron a la sociedad, porque el miedo somete, destruye el sistema inmunológico en términos fisiológicos, y convierte en victimas a las personas, y fácil presa de las malévolas intenciones de sus autores.
Es así como, el gobierno Duque ha terminado por legitimar lo ilegitimable, legitima los golpes de estado realizados desde el gobierno Santos, con ese acuerdo narco maldito; le tuvo miedo volverlo trizas, le tiene miedo a la Corte y no fumiga, cuando el responsable de la política criminal del Estado es el gobierno; legitima con eso el gobierno de los jueces que incluye la JEP, en las formas más aberrantes posibles como el proceso mafioso basado en atracos probatorios contra Uribe, su supuesto jefe; en fin, todo asquiento por lo corrupto, y lo peor, pasa por sus barbas y no pasa nada.
No fumigar teniendo el poder y la facultad legitima para hacerlo, hace de este gobierno como mínimo, cómplice del narcoterrorismo, aliado de las mafias del narcotráfico, aliado de los golpes de estado, aliado del anterior gobierno que nos sometió al delito por miedo, aliado de la corrupción judicial, en fin, contrario al mandato dado por sus electores, estamos viviendo una verdadera estafa política y sobretodo moral.