Cuando la democracia se pone en riesgo, se vislumbra la dictadura. En América latina ha hecho carrera en los países donde el populismo se pone de moda, donde liderazgos con habilidades de difundir lo que la gente le gusta escuchar e incluso con amarillismo y demagogia; discurso basado en la subsidiaridad, paternalismo de estado y el asistencialismo que galopa en los países donde los gobiernos de posición ideológica diferentes a las alternativas social demócratas que marcan y proporcionan posturas distintas en la lucha por el poder que divide hoy a la sociedad moderna.
La historia nos permite conocer desde la antigua roma, como se ejerció el poder absoluto en esa etapa republicana que marco el dominio asignado al magistrado especial que logro a través del ejercito romano, mantener el control administrativo, económico, social de lo que en su tiempo significo e incluso la invasión a territorios de lo que hoy es Europa, Asia y Medio Oriente.
Hoy las actuales dictaduras que mantienen poder en Latinoamérica bajo el manto de una democracia disfrazada fortalecen cada día el asistencialismo de estado, mostrando a la inversión, la seguridad, el orden y la justicia como enemigos del pueblo, además de convertir la protesta en un vehículo de terror, desmanes, destrucción y la severa división al propósito a la unidad de país.
Las dictaduras fueron identificadas en el pasado como el instrumento utilizado por algunos militares o que por intermedia persona para ejercer el poder de instrumentalizar la administración pública de comunidades, regiones y países que como chile, Argentina, Bolivia, Venezuela, Nicaragua Panamá y Cuba entre otros hoy son referente claro de lo que significan una dictadura y sus efectos en el desarrollo económico, social y político.
Más allá de los efectos que han tenido las dictaduras en sus posturas políticas son los instrumentos que analizados desde sus aspectos económicos, de desarrollo industrial, de investigación científica, de aporte cultural, de implementación en políticas de sostenibilidad en lo turístico, del manejo de la propiedad privada, de las libertades como la participación en política, de la libertad de prensa así como la independencia del poder ejecutivo, legislativo y judicial, estas, son vistas, vulneradas y puestas en práctica en las dictaduras latinoamericanas y han sido impuestas de manera anárquica e inquisitiva de dominio absoluto violando las libertades que tanto promulgan y difunden desde los movimientos sociales.
Sin duda los referentes de las dictaduras que a través de las historia se registran y marcan hitos, no solo en Latinoamérica sino alrededor del mundo como inicialmente lo referimos, desde el imperio romano hasta nuestros tiempos originan sin duda miedos en la sociedad de la que hacen parte los industriales, inversionistas, creadores de ciencia, investigación, tecnología, y sectores como el turismo, el trasporte, finca raíz, construcción, comercio y tantas otras actividades que generan la actividad económica que permite creación y sostenibilidad fiscal, de empleo, que permite el crecimiento y la verdadera revolución social como instrumento al mejoramiento de la calidad de vida y desarrollo de la nueva sociedad que debemos construir entre todos. Hay que tener en cuenta que la democracia que se va se convierte en dictadura y muy difícil vuelve.