Por: Aníbal Charry González
De las tantas perfidias del subpresidente Duque en su desastroso y corrupto gobierno para tratar de destruir por encargo ruin y mezquino el proceso de paz, la más despreciable de todas en el contexto internacional, fue la de solicitar al gobierno de los Estados Unidos en cabeza de Trump, que incluyera a Cuba en la lista de países que promueven el terrorismo por el solo hecho de que las Farc y el ELN estaban en ese país, que obligó al embajador Gilberto Murillo a afirmar con razón, que si Cuba se encuentra en esa infame lista es por culpa de Colombia, a raíz del cambio de administraciones de quienes hicieron posible los Acuerdos de La Habana y los que perversamente y apelando a toda clase de marrullerías se opusieron irracionalmente a ellos.
Y digo que fue la mayor de las perfidias de las tantas en que incurrió Duque, por cuanto fue el Estado colombiano el que solicitó que Cuba participara como garante en los acuerdos de paz con las Farc en el gobierno del presidente Santos, y que el mismo Duque para desconocerlo villanamente manifestó que eso no lo obligaba porque había sido pedido por otro gobierno, cuando era palmario que fue una solicitud de Estado que tenía que acatar, incurriendo en un acto de traición inconcebible para con un país que generosamente se prestó para ser garante de ese acuerdo histórico, que comprometía la credibilidad y la seriedad de nuestro Estado de derecho en un asunto tan sensible para nuestro país sumido en la violencia desde los albores de la República.
Por eso el presidente Petro, en la visita que hiciera el secretario de Estado de los Estados Unidos Antony Blinken, expresó su opinión de la necesidad de reparar esa perfidia de Duque con Cuba, que como lo ha dicho también el embajador Murillo no ha sido una solicitud formal del Gobierno colombiano, pero se espera que se pueda revisar ese caso, cuando más de 80 congresistas de nuestra patria en una carta dirigida a la vicepresidenta Kamala Harris, a la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi y al presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, hicieron la solicitud formal de que Cuba sea retirada de esa lista de la infamia, en un acto de justicia para con un país que lejos de patrocinar el terrorismo, ha contribuido como en nuestro caso a ser garante de paz, por petición del mismo Estado colombiano.
No podía ser más perversa la actitud de Duque para hacer una solicitud que recibió inmediatamente respuesta de un presidente no menos pérfido como Trump -que incitó la violenta toma del Capitolio en los Estados Unidos sin antecedentes en la historia de ese país-, para tratar de mantenerse espuriamente en el poder, que no le quedaba otra alternativa al presidente Petro para ser coherente con los asuntos de Estado, que hacer esta mención en la visita del secretario Blinken para que se repare esa tremenda injusticia producto de la perfidia de Duque.
