Por: Germán Casagua
El Departamento Nacional de Planeación y la Secretaría de Transparencia de la Presidencia, identificaron hace unos meses cerca de 400 proyectos que, en la actualidad, se encuentran en estado crítico y comprometen recursos por más de 3 billones de pesos de ejecución. Una cifra escandalosa en un país en el que existen muchas necesidades y las obras se convierten en esperanza para el anhelado progreso y desarrollo. Son muchas las razones que nos llevan a esa cifra (382 proyectos) entre las que se podría mencionar la corrupción y la falta de planeación; esta última es -a mi parecer- una de las causas que determinan el éxito o fracaso de un proyecto. Tenemos casos memorables como el puente Chirajara, la refinería de Cartagena en lo referente al orden nacional, a nivel regional las obras de los megacolegios de diferentes municipios y, a nivel local, el estadio de fútbol y el CAIMI. Haciendo este breve recuento, he sido enfático en decir que no debemos seguir «ensayando» y someter a “prueba y error” proyectos que, al parecer, van en detrimento del presupuesto de los neivanos, ya la lección está aprendida y es necesario que todos los ciudadanos exijamos claridad y transparencia en los procesos en los que se invierta el dinero del erario público. Por esa razón, hace unos pocos días, en la más reciente plenaria del Concejo de Neiva expuse mi preocupación por los vacíos de planeación que existen en los proyectos priorizados por la Administración Municipal para la incorporación de los 60.000 millones de pesos producto del endeudamiento al presupuesto municipal, endeudamiento que voté negativo por la simple razón de que no habían presentado los proyectos que se irían a beneficiar con ese dinero, lo que volvió a pasar el martes anterior. Yo celebro todas las intenciones que busquen mejorar el desarrollo y el progreso de Neiva y la calidad de vida de nuestra gente, pero en lo público no bastan las buenas intenciones, en lo público y administrativo, una de sus bases sólidas es el principio de planeación, la que debe ir de la mano de la experiencia a la hora de formular, planear y ejecutar un proyecto, sea cual fuere. Es por eso que volví a votar negativo, esta vez al proyecto de incorporación al presupuesto municipal de este endeudamiento, porque la Administración volvió a caer en la improvisación y en la fórmula gaseosa de buscar que se aprobase a pupitrazo limpio la lista de “mercado” que venía anexa, en lo que evidenciamos y mencionamos evidentes fallas en la formulación de los mismos -hasta en la MGA de algunos de ellos- en los que no coincidían las cifras. Es por esto que, insisto en que el Alcalde o sus representantes, a la hora de llegar al Concejo aporten con claridad, sano juicio, análisis estrictos y estudios serios, la forma en que pretenden invertir esos y todos los recursos de los neivanos, porque con lo ya vivido hasta hoy no han demostrado una planeación sería y clara. Ojalá, que estos procesos administrativos se puedan subsanar y, de esta manera, minimizar el riesgo de “pérdida” de los recursos, además de evitar que sea Neiva la que le aporte cifras y datos escandalosos a los informes del Departamento Nacional de Planeación y la Secretaría de Transparencia de la Presidencia en relación a obras inconclusas, porque así como van las cosas podemos empezar a ver o a divisar «las trompas» a los posibles elefantes que nos engalane el hall de la fama de obras inconclusas.