ERNESTO CARDOSO CAMACHO
El reciente paro camionero que por fortuna fue muy corto, aunque de amplio cubrimiento nacional, ha dejado lecciones importantes tanto al gobierno como a los propios camioneros y desde luego a la ciudadanía.
Quizá la más importante, es que el sistema vial de carreteras que tenemos en Colombia es muy vulnerable en el sentido que es muy fácil paralizar la movilidad ciudadana y desde luego el transporte de mercancías y de productos indispensables para la canasta familiar.
De otra parte, una vez más se comprueba que las autoridades administrativas, llámense Presidente, gobernadores y alcaldes, no asumen actitudes preventivas eficaces con el indispensable apoyo de la policía, para evitar oportunamente los taponamientos de las carreteras, causando así gran traumatismo en la actividad económica y en la libre circulación vehicular.
Otra lección destacable la constituye el hecho de que se ha vuelto mala costumbre el que las protestas gremiales o de otros sectores sociales como es el caso de las comunidades indígenas, especialmente del Cauca, paralizan el tránsito con relativa frecuencia y eficacia, presionando de esta manera reivindicaciones sociales o económicas que se han vuelto recurrentes.
Pero por desgracia, el sistema de bloqueos viales se ha incrementado de nuevo, como hace algo más de 20 años, por integrantes de grupos armados ilegales que utilizando la intimidación de las armas, paralizan el libre tránsito de vehículos y peatones, con el fin de publicitar sus arengas y generar pánico en amplios sectores rurales en las áreas de su influencia.
Por otra parte, es necesario reconocer que la lección más trascendente, es aceptar que todos los gobiernos, especialmente de los últimos 50 años, destruyeron la red férrea existente que, aunque precaria, por muchos años permitió la movilidad de carga y de personas en importantes regiones claves para el crecimiento económico y el desarrollo nacional.
Las justificaciones de tal despropósito fueron o han sido tan absurdas como falsas. Que la geografía colombiana con su red de cordilleras hacía muy costosa su conservación, ampliación y modernización. Que era más práctico y eficiente planificar y desarrollar un sistema vial que alcanzara el mayor cubrimiento geográfico, especialmente dirigido a conectar las principales ciudades con los dos únicos puertos existentes, Buenaventura y Barranquilla. Lo inaudito es que a la fecha, tantos años después, la tal ruta del sol para llegar a la costa caribe, aún no se termina, por la desgraciada corrupción de Odebrecht que financió la reelección de Santos. Y por su parte, la moderna conexión vial hacia Buenaventura, sigue siendo apenas un proyecto.
El otro factor que ha incidido en retardar algunos importantes proyectos viales de cuarta y quinta generación, ha sido sin duda alguna el dogmatismo de quienes han orientado la política ambiental, demorando o negando licencias ambientales sin mayor justificación.
Pero regresando al centro del comentario, es indispensable decir que el gobierno Petro era consciente de que el sector camionero no podía aguantar una alza tan fuerte del precio del combustible que dicho sector utiliza, dado que lesionaba, por una parte su rentabilidad; y por la otra, generaba una onda económica alcista en los productos de la canasta familiar y en muchas mercancías, la cual se observó desde el primer día del paro. No obstante, propició dicho movimiento de protesta, para terminar cediendo ostensiblemente en su propósito no muy claro o transparente de viabilidad fiscal, al tener que reducir el precio del galón en más del 50%
Esto ha permitido que algunos hayan sugerido con razón, más que con malicia oposicionista, que el paro lo estimuló el gobierno en una maniobra estratégica de pretender generar alarmas con el paro para terminar cediendo en sus pretensiones fiscales, maniobra dirigida a sacar pecho ahora conque “su labor conciliadora y de respeto a la protesta logró desactivarlo en muy poco tiempo”, tal como ha salido a afirmarlo en los medios de comunicación. Pero adicionalmente ahora coba por ventanilla la imperativa necesidad de que su propuesta de red férrea tiene indudable urgencia, hecho en el que si tiene plena razón, aunque hasta ahora, así como en su propuesta de renovación energía limpia, lleva ya dos años en solo anuncios.
En conclusión, si bien es cierto el paro fue intenso pero muy corto, dejó serios daños en algunos sectores de la economía pero sobretodo, alarmó a la ciudadanía sin necesidad, pues su estrategia tenía otro elemento adicional, dirigido a mejorar su imagen que anda en franco descenso.
