Tras 18 meses de pandemia, meses largos, complicados donde muchos han perdido parte de su familia, trabajos y empresas, una realidad diferente que nos golpeó de manera imprevista mostrándonos las verdaderas cualidades de las personas, una crisis que no cambio a nadie y profundizo lo que cada persona es, a los buenos los hizo mejores y compasivos y a los malos los hizo peores y carroñeros (por ejemplo gran parte de la dirigencia política local, regional y nacional).
Por esta situación el liderazgo en estos momentos necesita de otras características o quizás las mismas pero aplicadas de manera correcta. Personalmente voy a enumerar las que creo son las más relevantes:
Solidaridad: tiene que ser la nueva moneda de cambio, apoyar los emprendimientos, ofrecer ayuda económica, espiritual y afectiva, volver al trabajo comunitario y porque no al trueque.
Humildad: Afrontar todos los cambios y retos que inician en este momento requieren de una gran dosis de humildad, reconocer nuestras falencias, pedir ayuda y ofrecerla sin esperar recompensa; humildad para aceptar y afrontar las dificultades.
Resiliencia: una gran virtud, nos da la capacidad para levantarnos de la adversidad, buscar las soluciones, caminos alternos y no desfallecer.
Empatía: Ponerme en los zapatos del otro, conocer sus dificultades y entender su forma de actuar sin juzgar.
Compasión: es un estado avanzado de la empatía, donde a la vez de identificarnos en el otro nos permite dar la mano para ofrecer ayuda.
Pueden existir otras características que Uds. queridos lectores pudieran también enumerar, describir y aplicar.
No es el momento de tomar el ejemplo de los lideres negativos, soberbios, ególatras y dañinos, aquellos que cultivan la “viveza”, las “jugaditas”, la “trampita” y que en época de crisis demuestran que solo están para sus propios intereses.
Es hora de mirar a los lados, preguntar por las necesidades de nuestros vecinos, familia, amigos, colegas y trabajar en equipo buscando las soluciones. Puede sonar una utopía pero a esta le apuesto y le ofrezco mi corazón.
P.D: No solo con dinero podemos ayudar, lo podemos hacer con nuestro tiempo, afecto, cariño; con simplemente una actitud positiva regalando un saludo y una sonrisa, esos pequeños actos cambian los días de muchas personas.
