Por: Jorge Eliseo Cabrera Caicedo
El Santo Padre Francisco hizo un llamado a la fraternidad “basada en el amor real, capaz de encontrar al otro que es diferente a mí, de compadecerse de su sufrimiento, de acercarse y de cuidarlo, aunque no sea de mi familia, de mi etnia, de mi religión; es diferente a mí pero es mi hermano, es mi hermana. Y esto es válido también para las relaciones entre los pueblos y las naciones: Hermanos todos”
De igual manera en una homilía dijo: “No olvides que tu vida es la empresa más grande del mundo. Sólo tú puedes evitar que se vaya cuesta abajo. Muchos te aprecian, admiran y aman. si repensabas que ser feliz es no tener un cielo sin tormenta, un camino sin accidentes, trabajar sin cansancio, relaciones sin desengaños, estabas equivocado. Ser feliz no es sólo disfrutar de la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No sólo es celebrar los éxitos, sino aprender lecciones de los fracasos. No es sólo sentirse feliz con los aplausos, sino ser feliz en el anonimato.
La vida vale la pena vivirla, a pesar de todos los desafíos, malentendidos, periodos de crisis. Ser feliz no es un destino del destino, sino un logro para quien logra viajar dentro de sí mismo. Ser feliz es dejar de sentirse víctima de los problemas y convertirse en el autor de la propia historia, atraviesas desiertos fuera de ti, pero logras encontrar un oasis en el fondo de vuestra alma.
Ser feliz es dar gracias por cada mañana, por el milagro de la vida. Ser feliz es no tener miedo de tus propios sentimientos. Es saber hablar de ti. Es tener el coraje de escuchar un «no». Es sentirse seguro al recibir una crítica, aunque sea injusta. Es besar a los niños, mimar a los padres, vivir momentos poéticos con los amigos, incluso cuando nos lastiman.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura que vive en cada uno de nosotros, libre, feliz y sencilla. Es tener la madurez para poder decir: «Me equivoqué». Es tener el valor de decir: «perdón». Significa tener la sensibilidad para decir: «Te necesito». Significa tener la capacidad de decir «te amo».
Que tu vida se convierta en un jardín de oportunidades para ser feliz … Que tu primavera sea amante de la alegría. Que seas un amante de la sabiduría en tus inviernos. Y cuando te equivoques, empieza de nuevo desde el principio. Sólo entonces te apasionará la vida. Descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta.
Pero el uso de las lágrimas es para regar la tolerancia. Utiliza las pérdidas para entrenar la paciencia. Usa errores para esculpir la serenidad. Usa el dolor para pulir el placer. Usa obstáculos para abrir ventanas de inteligencia. Nunca te rindas … Nunca te rindas con las personas que te aman. Nunca renuncies a la felicidad, porque la vida es un espectáculo increíble”
No encontré mejores palabras para este nuevo año que las expresadas por el Santo Padre Francisco. Un venturoso año para todos!