En el corregimiento de la Ulloa en el municipio de Rivera, Lola Mejía se ha convertido en toda una empresaria del vino, arte y técnica que aprendió a través del ensayo y error, hasta que encontró una fórmula que le permite producir vino de buena calidad. El Loly es conocido en el Huila y otras regiones de Colombia. Esta mujer echada para adelante nos contó su historia de vida.
Lola Mejía es una mujer menuda, alegre de buenas maneras y facilidad de expresión, al preguntarle por la edad, dice; “a las damas no se les pregunta la edad y sonrió”, luego comentó que está por el séptimo piso.
Es apasionada por el vino, arte al que llegó por casualidad, le regalaron una vid que comenzó a producir excelente uva, lo que le llamó la atención al punto que comenzó a indagar y a estudiar sobre la producción de vinos.
“Llevo 14 años en esto de producir vinos, los que elaboro en mi tierra natal; el corregimiento de la Ulloa en donde estudié mis primeros años, estaba en tercer año y como era buena estudiante unas profesoras que tenían un colegio, el María Goretti en el Pital, les pidieron a mis padres que eran agricultores que les permitieran llevarme como interna, me dieron una beca y así terminé mi bachillerato”, relató.
Una vez terminó el bachillerato, Lola se inclinó por la pedagogía, “me llamó la atención todo lo que tenía que ver con lo pedagógico, hice cursos al tiempo que me vinculé al magisterio en donde estuve durante 26 años, durante el día era profesora de primaria y en la noche alfabetizaba, hasta que me pensioné”, recordó.
De lleno con el vino
Lola Mejía, después de pensionarse se inclina por la producción de vino, que ella misma elabora con uvas de su cultivo y hasta ya se ha ido diversificando en la producción.
Ya retirada de la docencia, mis hijos me habían regalado un cultivito de uvas, que cargó mucho y como nadie trabajaba con vinos, yo dije, “vamos a ver si experimentamos como se hace el vino y así comencé a hacer poquitos de vino, nadie me indicó cómo era que se hacía, lo fui procesando, hasta que me salió bien, durante dos meses, perdí lo que producía, porque me quedaba muy amargo o muy simple, hasta que llegué al punto ideal”, recordó.
Como todo a la tercera fue la vencida, llegó el momento de ofrecerlo y de comercializarlo, “yo le vendía a los profesores y a unos pocos clientes que llegaban a la Ulloa de paseo o de las familias cercanas, hasta que llegaron unos paisas y me preguntaron si era cierto que vendía vino, lo probaron y se llevaron toda la producción que tenía en el momento, cinco cajas que era lo que había almacenado”, agregó.
Ese fue el comienzo de esta emprendedora que se ha ido metiendo de lleno en el mundo de los vinos, hasta le han ofrecido que consiga el registro Invima, para que lo pueda comercializar a nivel de grandes superficies y para exportar. Me convertí en emprendedora, he seguido con esto de los vinos y estoy muy feliz, ya conozco la uva de la que se saca el buen vino que es la isabelita, en tiempos de cosecha se alcanzan a sacar hasta 500 botellas de vino, o más ya que a veces le compro la uva a cultivadores vecinos, dijo.
Lola le da gracias a Dios porque ya es conocida, han ido hasta medios de fuera del Huila a conocer la forma en que produce vino de excelente calidad.
Su proceso
Sobre el proceso lo resume en; “se macera la uva, se deja añejar unos ochos días, se vuelve a macerar, se cuela y el resultado se deja añejar de 12 a 14 meses, que es en lo que estriba su éxito”, añadió.
Finalmente contó que el toque secreto de su fórmula lo tiene bien guardado que será un legado que le deje a sus hijos, aunque le han ofrecido pagarle por la misma o asociarse, “prefiero seguir sola con poco, pero con calidad y buenos resultados”, agregó
Esta emprendedora que es todo un ejemplo para las nuevas generaciones, produce vino del que hay hasta uno que se considera afrodisiaco, tema que será motivo de una próxima entrega con Lola Mejía la del vino Loly en el corregimiento de la Ulloa del municipio de Rivera.
