De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ansiedad es una de las enfermedades más frecuentes de salud mental en todo el planeta. De hecho, se trata de un trastorno que ha incrementado su prevalencia después de la aparición de la pandemia de covid-19.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Las estimaciones de la OMS apuntan a que los casos de ansiedad crecieron cerca de 26 % después del 2020 y ya en 2019 se sabía que más de 300 millones de personas vivían con esta enfermedad.
“Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos y por trastornos del comportamiento conexos. Los síntomas son lo suficientemente graves como para provocar una angustia o una discapacidad funcional importantes”, anotó la OMS.
Hay varios tipos de ansiedad que, si bien pueden generar síntomas similares, responden a múltiples causas. Así lo señaló un artículo de la revista de MedlinePlus, la enciclopedia médica de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La publicación hizo referencia a cinco grandes tipos de ansiedad. Uno de los más frecuentes es el trastorno de ansiedad generalizada, cuya característica fundamental es la preocupación recurrente que interfiere con las actividades cotidianas.
El artículo advirtió que se considera que una persona padece esta enfermedad cuando presenta síntomas durante la mayoría de sus días por seis meses o más.
Las personas diagnosticadas con este tipo de ansiedad “pueden sentirse inquietas, nerviosas o cansarse fácilmente. También pueden tener problemas para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular o dificultad para dormir”, de acuerdo con la citada publicación médica.
En segundo lugar, citó los ataques de pánico, cuyos síntomas pueden ser bastante intensos, pues los pacientes en ocasiones sienten pánicos de forma repentina y sin que exista una amenaza o un riesgo palpable.
También se caracteriza por generar algunos síntomas físicos como la aceleración de los latidos del corazón, dolor en el pecho y en el estómago, sudoración y entumecimiento en las manos, mareo, debilidad, además de una dificultad persistente para respirar
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En ocasiones, advirtió la fuente citada, los pacientes pueden pensar erróneamente que están sufriendo un ataque cardíaco o manifiestan un miedo de morir. Y señaló que este tipo de trastorno puede ser más frecuente entre la población femenina.
Así mismo, indicó que otras personas pueden ser diagnosticadas con un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que se puede identificar porque genera pensamientos recurrentes o compulsiones que se consideran “frecuentes y perturbadoras”.
La publicación sostuvo que los pacientes pueden padecer de impulsos que les llevan a repetir algunos comportamientos. Por ejemplo, pueden tener un miedo insistente a factores como la suciedad o los gérmenes. También pueden manifestar distintos temores a lastimarse.
“La persona se suele aferrar a estas obsesiones y puede tener pensamientos y rituales que interfieren con la vida diaria. Por ejemplo, si teme que su casa sea robada, tal vez cierre la puerta con llave repetidamente y tenga miedo de salir. El trastorno obsesivo-compulsivo suele ser hereditario”, indicó el artículo de MedlinePlus.
En cuarto lugar, hizo referencia a las fobias, que no son otra cosa que el terror que tienen los pacientes con respecto a múltiples situaciones, objetos o animales. Lo que siente una persona que está pasando por una fobia es una exageración de la realidad, pues considera que algunos elementos pueden ser amenazantes, pese a que objetivamente no representan ningún peligro.
Estas preocupaciones irracionales, puntualizó la publicación, pueden llevar a que las personas ejecuten algunas medidas que, consideran, podrían ayudarles a mantenerse protegidas.
La Clínica Mayo de Estados Unidos advierte que, por lo general, estas fobias aparecen durante la infancia, aunque pueden presentarse en cualquier etapa de la vida. Esa fuente sostiene que si bien en ocasiones los pacientes con fobias pueden identificar que sus pensamientos y sus temores son irracionales, no los pueden controlar.
Entre otras fobias están la aversión a los espacios cerrados, montar en avión, ver a algunos insectos, temor a las inyecciones o a la sangre.
Por último, MedlinePlus se refirió al trastorno de estrés postraumático, que aparece después de que una persona ha pasado por un evento traumático.
“Puede causar recuerdos involuntarios y perturbadores del evento, dificultad para dormir o pesadillas, sentimientos de soledad o arrebatos de ira. Las personas con TEPT pueden sentirse preocupadas, culpables o tristes”, explicó la publicación.
Entre otros eventos desencadenantes citó las catástrofes naturales, los abusos físicos, psicológicos o sexuales, los accidentes graves e incluso las guerras.
Vale decir que, ante cualquier manifestación de los síntomas y los signos anteriormente mencionados, es muy importante acudir a un profesional de salud, que analizará el estado de los pacientes, les dará un diagnóstico y, de requerirlo, un tratamiento.
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