POR: Jorge Eliseo Cabrera Caicedo
Pareciera que la separación de poderes consagrada en la Constitución Colombiana no existiere. Desde antes de la posesión del presidente Petro se anunció la liberación de la liberación de los integrantes de la “primera línea”, capturados, procesados y algunos ya condenados por los delitos cometidos durante el “Paro Nacional”.
El Congreso de la República, desde el 20 de julio, viene actuando como apéndice del ejecutivo, aún por miembros de partidos diametralmente opuestos a la ideología gobernante, quienes se declararon como: “Partido de Gobierno”.
Recientemente, el presidente de la República Gustavo Petro dijo en la región cocalera del Catatumbo:” Los campesinos podrán seguir sembrando coca mientras que prueban con cultivos sustitutos”. ¿Los cultivos ilícitos se volvieron lícitos? La ley penal contempla como delito cultivar, conservar o financiar plantaciones de coca y, de ninguna manera le corresponde al jefe de Estado establecer quien puede cultivar coca, la materia prima esencial para la producción de cocaína. NO se puede usurpar la competencia del Congreso de la República para legislar, mientras esté vigente el sistema democrático en nuestro país. La primera consecuencia será el desmesurado aumento de los cultivos ilícitos y, el aumento del consumo (microtráfico) de los jóvenes colombianos. Las autoridades se sentirán inhibidas para actuar contra los cultivos de coca y, para su erradicación.
Rafael Nieto Loaiza afirmó sobre el particular: ”Los más beneficiados serán las grandes estructuras criminales, guerrilleros mafiosos y mafiosos de los de siempre”.
ADENDUM- Alarmante que la reforma política contemple la propuesta de las listas cerradas, pero, encabezadas por los actuales senadores y representantes. ¿Ese es el “cambio”? Se trata simplemente de” aceitar” el voto de los congresistas en los proyectos venideros.
