Diario del Huila

Los detalles de un crimen sin culpables

Oct 25, 2023

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Mañana será la audiencia de acusación contra Juan Diego Calderón Cabrera, el ‘Chulo’, autor material de la muerte de Juliana Morales López. Un largo camino judicial espera la familia, en un proceso donde aún no hay un solo condenado. Diana Cabrera y Carlos Andrés Bayona, presuntos cómplices, no solo están prófugos sino que no son parte del proceso.

DIARIO DEL HUILA, INVESTIGACIÓN

CARLOS ANDRÉS PÉREZ TRUJILLO

Muchos días antes de que Juan Diego Calderón Cabrera, el ‘Chulo’, asesinara a Juliana Morales López, ese aciago 13 de agosto, él ya le había contado a sus ‘parceros’ de la barra brava del Huila, que iba a matar a una mujer junto a su novio.

Nadie sabía que se trataba de Juliana, una de las chicas más lindas de Rivera. Sin embargo, el crimen tenía sus causas en una leve rencilla entre Diana Cabrera (hermana del ‘Chulo’) y la víctima, ocurrida 15 días antes frente a la casa de un amigo de Héctor Gutiérrez Jojoa, novio de la violentada.

Ese día en que pelearon las dos mujeres, llegaron a la agresión física, a tal punto que tuvieron que separarlas. Eran las dos de la mañana. Héctor y Juliana hacía días habían terminado su relación de tres años, pero aún se querían, y sin proponérselo comenzaron un juego de celos que terminó en tragedia.

Juliana Morales López.

“Yo no me voy a quedar con estas”

La relación de los dos venía mal, pero se empeoró, según Héctor, el día en que coincidieron en una misma discoteca y él la vio besándose con otra persona. “Yo no medí los límites e hice lo mismo con la persona que estaba en ese momento. Ya después no la vi igual. Se me fue el interés. Eso fue como un mes largo. Ahí fue cuando yo veía que ella salía con las amigas y los amigos. Yo hice lo mismo, y así conocí a Diana Cabrera”.

Cuando Héctor recuerda esto, se siente arrepentido, tal vez pusilánime, y la culpa a veces se entrevé en sus palabras. “Nunca llegué a tener algo con Diana”, enfatiza, pero más adelante confiesa que la llegó a besar.

A finales de junio de este año la conoció en las fiestas de Riverita, en medio del jolgorio del San Pedro. Desde entonces salieron por unos 20 días. Una de esas noches fueron a la discoteca Morena, tras de esto se sentaron con Diana en el andén frente a la casa de un amigo. Eran como las dos de la mañana. De repente pasó frente al lugar Juliana con una amiga en la moto.

Juliana y Héctor Gutiérrez Jojoa.

“Ahí fue cuando Juliana se baja de la moto y me pegó un puño. Y se agarraron del cabello ellas, Diana y Juliana. Con el primo Estiven las separamos. Diana ese día no paraba de decir: “¡yo no me voy a quedar con estas. Yo no me voy a quedar con estas. Usted me la va a pagar, perra! Usted me las tiene que pagar”, recuerda Héctor.

La reconciliación llegó a sus vidas tras ese hecho. Esa noche se fueron para sus casas con la promesa de que todo iba a estar bien. “Juliana me dijo que me iba a arreglar la moto que esa noche me la había dañado, ‘pero pórtese bien conmigo’, me dijo”, recuerda Héctor aquella noche en el barrio Galán de Rivera.

La promesa consistía en que no iba a hablar más con Diana. Sin embargo, todo se vino al piso cuatro días antes del asesinato, cuando estando junto a ella, Diana le escribió un mensaje a Héctor, y eso bastó para la terminación en el acto.

El día de su muerte

Pasaron los días y se llegó el sábado 12 de agosto. Juliana había tenido un día de mucho trabajo, como todos los sábados: en la mañana recogió huevos en las fincas vecinas del pueblo, para vender al día siguiente en la plaza; luego llevó a su mamá y su hermana (quien sufre una discapacidad), a un negocio donde todos los días venden postres. Posteriormente, de las tres de la tarde a las siete de la noche, trabajó en un casino.

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Ese día decidió salir con unos amigos. El sitio al que llegó es un bar ubicado en el centro de Rivera: Tabú.  Allí coincidió con una antigua bronca: Diana Cabrera. En un primer momento todo marchaba bien. Cada uno en diferentes espacios y con distintos amigos.

Diana Cabrera

El hermano de Diana, Juan Diego Calderón Cabrera, el ‘Chulo’, temido por algunos por ser ágil en el manejo del cuchillo y el machete, estaba allí. Algunos dicen que lo vieron ansioso horas antes de entrar al bar, con un cuchillo que paseaba de mano en mano, y decía que él la iba a matar.

Nadie sabía a quién, de pronto su hermana sí. “Ella hablaba de Juliana, decía que no me convenía. Una vez estábamos con Diana en Tabú, y llegó Juli en una camioneta. Diana me dijo: ¿usted va a volver con Juliana cuando le llega con un man en una camioneta de frente? Y decía –Diana- que Juliana se veía con ese man en una finca, ella y las amigas. Eso dijo. Yo no vi nada. Solo que ella se bajó y ya”, recordó Héctor dos meses después del crimen.

Lo cierto fue que en la madrugada del 13 de agosto, a dos horas de haber llegado Juliana a Tabú, el ‘Chulo’ de manera descontrolada, la apuñaló sin que nadie de manera inmediata la pudiera ayudar. Ni siquiera su padrastro que estaba en el mismo sitio. Fueron minutos de terror. Alguien le propinó un botellazo al ‘Chulo’, pero él siguió descontrolado.

Carlos Andrés Bayona.

Cuando las personas trataron de intervenir, Carlos Andrés Bayona, un amigo de Diana evitó que la auxiliaran; con el filo de un botella comenzó a cortar a cuanta persona quería intervenir en auxilio. Dicen que los heridos fueron más de ocho personas, incluso Diana.

Todo esto sucedía mientras la madre de Juliana, Iva Yohana López Narváez, dormía tranquilamente en su casa. “Como a las 12.40 me sonó el teléfono. Yo miré y vi que era un señor de acá que trabaja en Interrapidísimo. Yo dije: ¿pero por qué me está llamando a mí a esta hora ese muchacho? Y volvió insistió, insistió, y a la cuarta llamada yo le contesté. Me dijo: ¿Usted es la mamá de la muchacha de la Bws blanca? Yo le dije que sí, y él me dijo: bájese porque la hirieron”.

Así se enteró doña Juana (como la conocen en el pueblo) del estado de su hija. Corrió al hospital, pero no la dejaron entrar. “Ella entró con vida. Cuando yo llegué la vi con vida, vi que estaba respirando. En eso comenzaron a llegar los heridos. La doctora no estaba en el momento. Se demoraron mucho tiempo. Ella murió fue como ahogada de la sangre que botó. Yo cuando llegué al hospital vi un montón de gente; yo no sabía que fueran tantas puñaladas y que fueran de tanta gravedad”, relató con tristeza su mamá.

Juan Diego Calderón Cabrera, el ‘Chulo’.

Entre tanto, muy cerca de Tabú capturaron al ‘Chulo’, mientras que Bayona y Diana, esa misma noche extrañamente desaparecieron de la multitud. Algunas personas en el pueblo dicen que los dos están ocultos en Bogotá. Lo cierto es que la Fiscalía no los ha llamado a declarar, ni mucho menos los vinculó al proceso por homicidio agravado que se le abrió a ‘Chulo’, tan pronto fue capturado.

Juana busca que se haga justicia, sin embargo, las entidades del Estado han sido negligentes en la búsqueda de la verdad. La copia de los videos del Hospital Divino Niño se los negaron (aunque ella denuncia que ese día no estaba la médica cuando ingresaron a Juliana), además, no conoce el informe de Medicina Legal, después de dos meses de su fallecimiento.

Aún no hay un condenado. Mañana apenas se llevará a cabo la audiencia de acusación en el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Neiva contra el ‘Chulo’. Los demás presuntos partícipes del crimen siguen libres y con impunidad.

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