Por: Adwar Casallas
El efecto covid-19 ha causado una mayor rivalidad en los procesos de contratación, donde el precio del servicio o bien ofertado se fijó como prioridad para la selección del contratista desconociendo en algunos casos la calidad del mismo. Desde la elaboración de los pliegos hasta la ejecución del contrato se pueden evidenciar grandes errores de contratación, errores que pueden comprometer la reputación de la empresa, la desconfianza en el resto de contratistas pero sobretodo la estabilidad y rentabilidad de la empresa contratante. Según la Auditoría General de la República, la contratación pública en Colombia debe ejecutarse bajo siete principios que garantice para quien reciba los contratos las condiciones óptimas para cumplirlos.
El primer principio de contratación es la Transparencia, seguido por la Planeación, Economía, Responsabilidad, Selección Objetiva, Publicidad (dar a conocer el proceso de manera abierta) y el Debido Proceso, que, con el incumplimiento de algunos de ellos sería el inicio de una angustiosa consecuencia.
Cada día los procesos de licitación se vuelven más complejos. Los contratistas se preguntan cómo ganar contratos de licitación en un entorno competitivo y, al mismo tiempo, seguir siendo rentables. Sin embargo, tener la oferta más baja no significa necesariamente que esté haciendo ofertas competitivas, inclusive se pueden estar omitiendo varios de los siete principios. Por ejemplo, un campo de producción petrolera deja de mantener su producción diaria porque uno de sus taladros dejó de funcionar, pero en la respectiva inspección la empresa contratante se da cuenta que las especificaciones técnicas no eran las mismas al momento de la adjudicación. La primera consecuencia es el reclamo jurídico hacia la empresa contratista y administrativo mediante la aplicación de las pólizas del contrato pero adicionalmente se está incurriendo en un detrimento patrimonial ya que el campo dejó de vender el petróleo a causa de este taladro. ¿Pero quién responde? ¿Qué pasará con las demás empresas que no ganaron pero si presentaron correctamente sus propuestas?
Caso reciente son los contratos de infraestructura. Esto ocurre por una mala planeación, presiones políticas o interés por mostrar resultados sin haber terminado las obras. El carrusel de la contratación del exalcalde Samuel Moreno generó detrimento patrimonial de casi 2,2 billones de pesos. A veces, el afán de quienes tienen la necesidad de contratar y ejecutar obras y el interés de algunos funcionarios por mostrar más ejecución y resultados los lleva a incurrir en errores administrativos con graves consecuencias operativas.