Son preocupantes la oleada de asesinatos selectivos que se están presentando diariamente en el Huila, que están generando una afrenta al accionar de las autoridades regionales y locales, a pesar de los esfuerzos interinstitucionales para contrarrestar a estas bandas delincuenciales. Durante las campañas electorales para la gobernación y las alcaldías de los municipios, el principal tema abordado a sus electores fue la seguridad. Inclusive en sus posesiones, volvieron a plantear que la principal tarea que iban a emprender con sus equipos de gobierno es formular políticas públicas tendientes a buscar la tranquilidad y la seguridad de las familias huilenses. Desafortunadamente mientras el accionar del gobierno nacional continúe siendo benevolente con las bandas criminales que operan en el país, debilitando progresivamente a las Fuerzas Militares y a la Fuerza Pública, será muy difícil lograr este anhelado objetivo de las familias colombianas.
A pesar de los ingentes esfuerzos gubernamentales para lograr la Paz Total en el territorio nacional, continua el escenario propiciado por algunos grupos criminales que no cesan su actuar violento contra la sociedad colombiana. Las regiones donde más se vive esta zozobra, son las que presentan problemas de narcotráfico y consumo de sustancias psicoactivas, que se han convertido en el principal detonante y auspiciador de estas acciones que van en detrimento del bienestar general de la población. Desde gobiernos anteriores este panorama violento nunca ha cesado. Igualmente se siguen recrudeciendo estos asesinatos donde los afectados son las familias indefensas que desafortunadamente, son víctimas de la guerra sin cuartel que libran estas organizaciones delincuenciales.
Durante el anterior fin de semana, se presentó el asesinato de cuatro personas por sicarios. El menor Juan Camilo Díaz fue ultimado a sangre fría en Algeciras. Cristian Adolfo Penagos Hermida, fue asesinado en el barrio Cristo Rey del Valle de Laboyos. Oscar Javier Reyes Reyes falleció producto de un ataque a bala en su vivienda ubicada en el barrio Olaya Herrera en la ciudad de Neiva. El comerciante de carne, José Alonso Romero, fue muerto en la zona rural del municipio de Garzón.
Desde esta tribuna de opinión, condenamos este accionar violento de estas organizaciones criminales que están generando horror y miedo en las familias huilenses. La sociedad se encuentra consternada por estos atroces crímenes cometidos a mansalva por sicarios. Consideramos que estos eventos no pueden volverse a seguir presentando en nuestro territorio. Igualmente, el gobierno nacional debe aumentar la fuerza pública en estas localidades, junto al desarrollo de una agresiva inversión social, para mejorar las condiciones de bienestar de las familias residentes en estas zonas, que son noticia cuando suceden estos hechos trágicos. El Estado tiene una tarea para volver productivas las regiones afectadas por el conflicto en el territorio nacional y para ello, se deben emprender acciones preventivas para evitar que vuelvan a suceder hechos parecidos.
