OPINANDO Y DANDO
Por: Faiver Hoyos Hernández
Email: faiverhoyos@gmail.com
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Robo esta frase al Presidente del Comité Olímpico Colombiano, Ciro Solano, cuando se refirió a lo que significan los Juegos Olímpicos y el fenómeno generado, donde gran parte del pueblo nuestro madruga y sintoniza los canales y la radio que transmiten las emociones de cada atleta durante París 2024. “Los juegos nos unen”, dijo el zar del olimpismo cafetero, refiriéndose a que no importa dónde se nazca, puesto que los colombianos nos integramos en familia para clamar una victoria del boxeador, ciclista, futbolista o el atleta que sea.
La diferencia horaria entre Colombia y Francia es de siete horas, es decir que cuando en nuestro país amanece, ya en Europa es medio día, por consiguiente, varias disciplinas han arrojado resultados en la madrugada colombiana. El anochecer en París se está dando sobre las 10 de la noche, razón especial por la que los organizadores de los Juegos Olímpicos programaron algunas modalidades en horarios nocturnos, lo que significa que aún sobre las cuatro de la tarde en Colombia hay sendas posibilidades de disfrutar la competición.
En los centros comerciales, restaurantes, oficinas y en muchos otros lugares públicos sintonizan los Juegos Olímpicos por encima de otra clase de programación. Los noticieros principalmente de televisión destinan sus espacios en gran parte al evento. Los derechos para cubrir las justas lo comparten RCN y Caracol en televisión y RTVC en radio. Igualmente, Claro tiene derechos para transmitir por televisión la totalidad de los Juegos.
Para la organización del evento deportivo más grande del planeta, los controles son totales. El personal de logística contratado husmea detalladamente las acreditaciones de los periodistas registrados, buscando que cada uno ocupe el lugar que le corresponde. No se admite que alguien invada espacios no admitidos, haciendo respetar los derechos de aquellos medios que han invertido en la compra de estos. Esa es parte de la garantía, cuando se cierra el negocio.
Quienes asisten a los Olímpicos saben perfectamente que incumplir la norma acarrea sanciones que pueden ir desde suspensión o multa, hasta un posible retiro o cancelación de la acreditación. Por el momento los organizadores de los Juegos Olímpicos no han reportado decisiones en ese sentido, lo que denota respeto ante las autoridades, más aún que para ingresar a cada escenario la escarapela es leída mediante un láser con el propósito de identificar quién la porta y más aún determinar cuál es su ubicación.
La señalización en cada escenario durante la olimpiada es notoria. Se pretende con ello ordenar a las más de 15 mil personas que componen los 200 países y territorios participantes. En los servicios de transporte, metro, buses y lugares públicos; se observan guías de color rosado que orientan y hacen fácil dirigirse al lugar requerido. Un punto favorable, es que dentro de los voluntarios existen personas que dominan el idioma de cada país. Esto ayuda los procesos de comunicación y resuelve problemas. En una semana les contaré más de los Olímpicos