Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
He leído y escuchado a los medios de comunicación nacionales durante todos estos días haciendo análisis sobre el futuro de nuestro país, sacándole los cueros al sol a los candidatos que aspiran a la presidencia de Colombia en la segunda vuelta, generando sensacionalismo para poner a botar corriente a los electores sobre los pecados de uno, las fortalezas del otro y viceversa, sin proponer nada constructivo sino solamente tratando de ganar lectores y oyentes (teleaudiencia también); pero sin hacer análisis profundos acerca de la problemática nacional y mucho menos consultando a verdaderos expertos en los diferentes temas para formular posibles soluciones a las múltiples dificultades con que se va a enfrentar quien llegue a gobernar esta nación, quien quiera que sea.
Por ejemplo, el déficit fiscal es un problema de nunca acabar. Este fenómeno se presenta cuando las administraciones públicas generan unos gastos mayores a los ingresos, en un periodo determinado de tiempo; es decir que se concibe cuando una administración se excede en los gastos y no consigue recaudar la cantidad suficiente de recursos para suplir esos excesivos gastos. De eso poco se habla con franqueza y la única solución a la que acuden los gobernantes es a la creación de más impuestos a través de las temerarias reformas tributarias y al endeudamiento. ¿Qué solución proponen para este asunto tan delicado?
El déficit en la balanza de pagos es otra dificultad enorme para nuestro país, sobre el cual no se presentan posibles salidas. Recordemos que esta situación se desarrolla cuando una nación realiza un gasto mayor en sus transacciones internacionales frente a lo que ingresa por ellas. Así mismo, en esta tierra de café, petróleo, oro, esmeraldas, pescado, frutas, sal, carbón, entre muchos otros productos, se concibe otra situación económica que se denomina déficit de cuenta corriente, que ocurre cuando el gasto en las importaciones de bienes y servicios es superior a los ingresos por las exportaciones. ¿Qué se plantea frente a este tema?
La pobreza en todas sus categorías, el desempleo y la falta de oportunidades, la desaceleración económica y la inflación, entre otros, son factores que tienen a la población colombiana al borde de la desesperación y que además son generadores de violencia, delincuencia, suicidio, drogadicción, prostitución, más desigualdad social, desnutrición, etc. ¿De qué manera se pueden solucionar estos temas? ¿Cómo superar estos problemas?
La producción de sustancias alucinógenas, llámense como se llamen y los grupos delincuenciales armados y organizados que las producen, las transportan, las exportan y las comercializan, son grandes generadores de violencia y muerte, en las diferentes regiones del territorio nacional. Frente a este flagelo, qué proponen los sabios y los medios, cuál es la solución a esta situación. Continuamos siendo el país mayor productor de cocaína y no pasa nada.
La minería ilegal y cuanta práctica existe en contra de los ecosistemas, es un problema inmensamente grande, porque también es generador de violencia y delincuencia, además de acabar con el medio ambiente, sobre todo en zonas supremamente vulnerables. ¿Qué hacer con este asunto, por qué no buscan soluciones?
La columna no me alcanza para mencionar las falencias existentes en el modelo educativo, sobre todo en la educación pública, las dificultades en la calidad y cobertura de los servicios de salud y muchas otras situaciones que aquejan a los colombianos, para las cuales no se diseñan fórmulas con el fin de encontrar una solución viable. Entonces seguimos en las mismas, pensando en cosas banales, dejándonos enredar con cuentos de aquellos expertos en vender humo.