Diego Arango
Cada año que comienza trae a nuestras vidas experiencias diferentes, a veces muchas sorpresas, unas agradables y emocionantes, otras tristes y hasta desastrosas. Estas experiencias se dan en lo personal, familiar, social y bueno, en la humanidad, como la pandemia que estamos viviendo y que nunca imaginamos que a nosotros nos tocaría.
Pero así es la vida, un altisonante, a veces nos brinda grandes éxitos en otras ocasiones enormes fracasos o bien estabilidades que duran por décadas, pero por lo general la vida está llena de sorpresas, sabemos el hoy pero no el mañana. Nos hemos preguntado cuantas veces ¿Cuál es el significado de la vida? ¿A que hemos venido a este mundo? Estoy seguro que casi todos nos hemos hecho esta pregunta en algún momento, pues bien, yo no tengo la repuesta exacta, pero mi experiencia me indica que hemos venido a aprender, que cada uno de nosotros es artífice de su propio destino cualquiera que sea su circunstancia de nacimiento. Unos la han sabido aprovechar otros malgastar, unos parten cualquiera que sea su edad con enormes enseñanzas, otros sin nada aparentemente importante, pero todos vivimos año a año.
Por esta razón, desde hace algún tiempo, anualmente hago mis propósitos y además los escribo para procurar cumplirlos. Es una guía que nos mueve, es como diseñar el camino sabiendo lo que quieres y como debes hacerlo, pero no siempre estos propósitos se cumplen, unos si otros no. La razón es la dinámica de la misma vida, las circunstancias pueden cambiar, unas veces imponderablemente y otras controlables. Hay cosas que uno alcanza a manejar y adaptarlas al camino, pero hay otras que se tornan imposible. Ejemplo de ello es esta pandemia que la humanidad vive, a cuantos le ha cambiado sus vidas, grandes empresas quebradas, negocios cerrados, vidas amadas que se fueron, enfermedades que no tenían, depresiones y, en fin, eso lo está viviendo el mundo entero. Pero a otros les ha traído grandes oportunidades de vida, unión, amor y bienestar. Han surgido nuevos negocios y hay personas que han hecho en dos años enormes fortunas jamás pensadas a causa de esta pandemia.
Todo es cambiante, esa es la vida, nada es tan estable que no sea vulnerable a situaciones incontrolables. La política, la economía, la paz, los negocios, la salud y hasta la vida misma. Pero lo que si es cierto es que mientras tengamos la capacidad de resiliencia y sepamos lo que queremos y además nos propongamos a cumplirlo, tenderemos mejor opción. Por eso creo que hacer los propósitos del año es saludable, es fijarse un rumbo, tener una guía, una meta que se pueda cumplir, pues en la vida es preferible hacer algo y fracasar, que tan solo pensarlo y ni siquiera intentarlo. La vida es el cúmulo de acciones, es el resultado de lo que hagamos sin importar cuanto duremos, es el aquí y ahora. Por eso recomiendo hacer nuestros propósitos para este año 2022.
