Luis Alfonso Albarracín Palomino
El nuevo presidente de los colombianos tendrá grandes desafíos, a los cuales debe enfrentar junto a su equipo de gobierno, con mucha sapiencia y sabiduría, y sobre todo sin ideologías, para encauzar el sendero que conduzca a mejorar las condiciones de bienestar de las familias colombianas. Este último punto debe tenerlo en cuenta para lograr los consensos de unidad, con el fin de aglutinar sinergias que busquen salidas estratégicas a la profunda crisis social, económica y política en que se debate la sociedad colombiana. Debe luchar para terminar de una vez por todas con la polarización política en que se encuentra sumido el país. Esto no es ningún chiste. El palo no está para hacer cucharas. La turbulencia de los mercados a nivel mundial, están afectando los indicadores económicos de Colombia y ésto es un impedimento muy serio para cumplir con sus propósitos que se comprometió durante su campaña presidencial.
La crisis de las finanzas públicas es un tsunami de dificultades financieras que le pueden acarrear obstáculos muy serios para tener recursos que le permitan financiar con éxito su plan de desarrollo que construya. No es de poca monta, la deuda externa es abultada. El total asciende a los 174 mil millones de dólares y la oficial supera los 110 mil millones de dólares. Lo anterior trasciende en el presupuesto nacional, porque se tiene comprometido cerca del 50% de éste, así diga lo contrario el equipo económico saliente, quienes nos han pintado pajaritos de color. Por no tanto no es cierto presidente Petro. Debes ser muy ingenioso y creativo para no buscar solamente la única fórmula propuesta por su ministro de Hacienda, que, a través de una reforma tributaria, se lograría obtener recursos frescos para sanear las finanzas públicas. Es el peor error histórico que puede cometer, metiéndole la mano al bolsillo de los colombianos.
Los agentes económicos del país no aguantan un solo impuesto más. Explore otras alternativas. No se deje comer cuento de sus asesores, que solo ven la solución desde un escritorio en las dependencias oficiales en Bogotá, pero no conocen de fondo la verdadera realidad social y económica de los sectores más vulnerables de Colombia. Hay que ser coherente. Usted asume la presidencia, con un alto nivel de favoritismo. La sociedad colombiana espera mucho de su gestión gubernamental. Hay que frenar el avance de la pobreza en el país.
Hay necesidad de efectuar una verdadera redistribución del ingreso. Recuerde presidente Petro de las clases de macroeconomía que recibimos en los Andes y yo, en la Nacional. Busquemos ese sendero de crecimiento económico sostenido. No genere oposiciones baratas desde el inicio de su gobierno. No vaya a cometer los mismos errores de Duque. Usted es una persona bien intencionada, así lo haga de la orilla de la izquierda. No importa de qué color sea el gato. Lo importante es que cace ratones. Así lo expresaba el líder chino Deng Xiaoping que puso a crecer a China y generó las bases para catapultar a este gigante asiático, para convertirse en la segunda potencia económica mundial.
Aquí está el éxito de su gobierno presidente Petro. Con todo respeto se lo digo. No tuve la oportunidad de estudiar en las principales universidades del mundo. Soy economista de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista y Magister de la Universidad Surcolombiana, donde tuve la oportunidad de ser Decano de la Facultad de Economía y Administración; me he desempeñado desde hace 33 años como profesos catedrático del área económica. Igualmente, en la Esap y otras universidades de la región. Nuevamente con todo respeto, quiero que a usted le vaya bien en su gobierno, porque así le va bien al país. Explore otras alternativas. Le sugiero algunas: Elimine las exenciones del IVA, luche contra la evasión y penalice este delito, luchar contra la corrupción, y si le hace falta, emita dinero. Su gobierno tiene todo el dinero del mundo para financiar la totalidad de sus propuestas. Animo presidente. No se deje engañar. Esos asesores son de corte neoliberal. Usted y el suscrito, hemos estado en contra. Buena suerte presidente. Usted lo merece y lo ha luchado.
