La elección de Gustavo Petro Urrego, como nuevo primer mandatario de los colombianos, empezó a generar una convulsión en los mercados de valores. Hacia el mediodía del día anterior, las acciones en las bolsas de valores de Wall Street de Nueva York caían: Ecopetrol 12,6%, Banco Colombia 9,15%, Geopark 7,66%, Grupo Aval 5,31% y Tecnoglass 4,15%, entre otras, que empiezan a presentar incertidumbre, mientras se conocen los nombres de los ministros que lo acompañarán en el próximo cuatrienio. Igualmente, el precio del dólar volvió a superar la barrera de los $4.000. Los anuncios del presidente electo ante sus electores, el domingo anterior, han empezado a generar expectativas entre todos los agentes económicos del país, especialmente en el ámbito internacional, donde se está presentando una turbulencia en los mercados por factores exógenos, que están afectando negativamente a la dinámica productiva de Colombia. No la tiene fácil el nuevo presidente electo de los colombianos, dadas las dificultades que actualmente se están presentando en este escenario.
Ahora el plan de trabajo del presidente electo se centra en el plan de trabajo que llevará a cabo en lo que le resta para posesionarse el próximo 7 de agosto. Con el equipo que seleccione, deberá iniciar el proceso de empalme con el gobierno del presidente Duque. Hay que abonarle la disposición del gobierno nacional para que se desarrolle esta tarea. Sería interesante que estas reuniones sean transmitidas por los medios de comunicación. Es necesario conocer cómo se entrega el país. Para tal efecto, se deben establecer puentes de comunicación con el fin de afianzar una buena relación armónica entre las diferentes ramas de poder, que le sirvan de insumo para construir la prospectiva de desarrollo, que va a estar condensado en el nuevo plan de desarrollo que se construya, con toda la participación de los actores de la sociedad colombiana.
Los retos del nuevo presidente son mayúsculos. Los partidos deben contribuir para que se puedan implementar reformas estructurales con el fin de ser más competitivos, garantizar una mejor educación para los colombianos, poner al servicio una mejor salud pública, diseñar un mejoramiento integral del sector agropecuario, reformar el sistema de pensiones para que las finanzas públicas descansen de su presión fiscal, modernizar el sistema de pagos del sector financiero, medidas de fondo para contrarrestar el abultado déficit fiscal de la Nación, alto precio del dólar, diseñar una política de seguridad alimentaria que le ponga oficio al campo, armar una nueva oferta exportable, atraer o seducir inversionistas locales y extranjeros y garantizarles seguridad jurídica, mejorar la conectividad, desarrollar la infraestructura tecnológica, trabajar por el cambio climático, reducir las altas tasas de interés, lograr una menor dependencia del petróleo, entre otros temas tendientes a mejorar la calidad de vida de toda la sociedad colombiana.
