Mucho por aprender
Por: Adonis Tupac Ramírez
“¿Para dónde vas Lucas ¿Para dónde?
Tu marcha de alegría, paz y vida
no pensaba a la muerte como brida,
adherida a la que se esconde.
Un soñador bufón y equilibrista,
un loco que persigue la utopía
un cuerdo de coraje y valentía
del amor y empatía un alquimista”
Hoy desde el dolor, la desolación pero también desde la esperanza escribo esta columna, una columna que nace como un homenaje para Lucas Villa y Mauricio, su padre.
Lucas fue un hombre de ideales y sueños, de amor y vocación de servicio, de paz y reconciliación, un enamorado de la utopía, que encontró la muerte mientras buscaba un país mejor, un país de oportunidades para los jóvenes, equitativo, donde la libertad de pensamiento, el respeto y la tolerancia fueran banderas.
Conozco a Mauricio desde hace varios años, un hombre trabajador, buen padre y esposo, deportista de larga distancia, con una fortaleza mental y tolerancia al dolor físico envidiables, ha sido mi compañero en diferentes carreras, fue uno de mis mentores para poder cumplir con mi sueño de realizar un Ironman, siempre pensando en positivo, motivándome, retándome y con una sonrisa y locura para animar las largas jornadas de entrenamiento; quizás por eso el dolor de Mauricio lo sentí muy propio.
La reacción que se espera en estos momentos de un padre al cual su hijo han asesinado por las balas asesinas de los intolerantes es de odio y venganza, pero la reacción de Mauricio fue de calma, perdón y llamado a la paz, a que el símbolo Lucas no fuera instrumentalizado hacia la venganza.
Observar a la familia Villa en la marcha fúnebre celebrando la vida de Lucas en medio del baile, la música y el arte, así como él fue en vida es una gran enseñanza para Colombia, que en este momento más necesita del dialogo, afecto y perdón.
Condeno además las manifestaciones de odio e intolerancia hacia la familia Villa de parte de destapados, indolentes e ignorantes en las redes sociales, mofarse del dolor es tan bajo que merecer un rechazo absoluto.
Este doloroso episodio nos debe llamar a seguir continuando en la construcción de una sociedad tolerante, que respete la diferencia, el disenso y que dirima las diferencias desde el dialogo
Mi cariño y admiración para Mauricio, Elizabeth, Michelle, Nicolle y Helen que a pesar del gran dolor nos transmitieron amor, perdón y esperanza.
Gracias por la enseñanzas y nos encontraremos siempre en los corazones.