La OIT viene apoyando al Gobierno colombiano, así como a las organizaciones de empleadores y de trabajadores, y a otras partes interesadas de la cadena de suministro del café en Colombia, con nuevos conocimientos, herramientas, orientación, asesoría en materia de políticas, asistencia técnica y formación, para que a todos los actores del sector del café, en el país les sea posible abordar los retos y oportunidades del trabajo decente.
El café es uno de los productos más importantes para la economía colombiana, que en el año 2020 aportó el 15,5 por ciento del total de las exportaciones del país, después del petróleo y el carbón.
20.000 recolectores necesita el Huila
En cuanto a la situación que viven los recolectores de café, Robinson Piñeros, profesor de la Licenciatura de Ciencias Sociales de la Universidad Surcolombiana, expresó: “el tema con este grupo poblacional, es un tema de invisibilidad y son problemas de orden económico, productivo y social. A veces tienen dificultades, porque traen conductas sociales, que no son acordes con la región, pero son necesarios, por la fuerza de trabajo. Pero son indispensable para recoger la cosecha”.
Este trabajo investigativo, que hizo el docente se denominó: “Movilidad Territorial de trabajadores rurales del Café y la Palma en Colombia en el siglo XXI”.
El café, es una de las economías más importantes para el departamento y necesita de estos operarios, se requieren cerca de 20.000 recolectores para atender las dos cosechas que se dan en el departamento cada año.
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Trabajadores y pobreza
Según el investigador, gran parte de esta población migra internamente y otros provienen de departamentos como el Cauca, Nariño y Tolima.
“Hay que entender que salen de sus territorios, por sus condiciones de pobreza y condición social. En ocasiones son campesinos empobrecidos, que trabajan en sus fincas y tienen que salir a completar ingresos a otras zonas prosperas, como el Huila. Otros son llamados ‘andariegos’, que tienen dificultades de salud por el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas”, agrega el docente.
Al ser interrogados los ‘fincarios’, sobre las condiciones de los sitios donde son alojados los trabajadores, estos señalan que invertir en buenas instalaciones es asumir más gastos y a veces el dinero no alcanza para hacer estos arreglos.
“Los alojamientos son inhumanos, realmente con bajas condiciones, con camas que no las asean constantemente. Debido a ello, se pueden presentar enfermedades como dengue, gripa. Estas situaciones hace que los operarios, elijan las fincas adónde van a trabajar y optan por predios con buenas condiciones tanto habitacionales y alimenticias”, añadió el investigador.
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Formación y formalización de los recolectores
A partir del trabajo mancomunado de la Organización del Trabajo (OIT), la Federación Nacional de Cafeteros, Comité Departamental, Ministerio de Desarrollo Rural, ha empezado una formación y formalización de los recolectores. A través del Sena, reconocieron competencias a algunos agricultores, que empezaron a hacer capacitados en recolección de cafés especiales.
“Es generar otras tipos de formación y remuneración, para que a estos trabajadores, les reconozcan sus saberes, es poco, pero es un camino de muchos posibles. La idea es que gane, tanto el productor como el trabajador”, añadió el profesor.
En el trimestre octubre-diciembre de 2021, el empleo rural en centros poblados y rural disperso en Colombia tuvo 4.767.000 personas, las cuales representan el 21,8 por ciento del total de ocupados del país.
Seguridad social y el café
“La inseguridad social es altísima, porque la mayoría de estos trabajadores, está en el sistema de salud subsidiado, solo el 1% tiene contrato laboral, según estudio de la Federación. El resto hacen pactos verbales, que se deshacen tanto por parte del ‘fincario’ o del operario”, dijo el profesor Piñeros.
También, presentan problemas para acceder a una pensión, donde pocos trabajadores aportan dinero para esta finalidad.
“Hay dificultades que ha identificado, la misma Federación de Cafeteros, pero se deben mejorar, si queremos que este sector sea sostenible”, agregó el investigador. Incluso se conocen casos de trabajadores, que al enfermarse, no cuentan con ningún tipo de ayuda, hubo una situación donde un operario, tuvo una hernia y debió estar seis meses en la casa y como no tenía seguridad social, nadie le pago la incapacidad.
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Las exigencias internacionales
El profesor señala que ahora con la necesidad de tener una trazabilidad del grano del café, para los mercados internacionales, una de los factores exigidos, va a ser las condiciones de trabajo en que se produce el producto.
Ahí se empiezan a perder primas de mercado, porque ya se hay por sabor, tostión, origen y demás, gracias a las condiciones geográficas del país.
En un contexto de cambios normativos impulsados por la Unión Europea (UE), los caficultores colombianos enfrentan un desafío crucial. A partir de un acuerdo del Parlamento Europeo, anunciado hace casi un año en la COP15 de Canadá, se estableció la prohibición de importaciones de productos, incluyendo café, cacao, aceite de palma y otros, provenientes de naciones que deforesten.
Esta medida, prevista para entrar en vigor en 14 meses, ha marcado un período de 18 meses para que los productores de café, se ajusten a los requisitos de trazabilidad y georreferenciación exigidos por la UE, iniciado en julio de 2023 y con plazo límite en diciembre del próximo año.
Investigación para la OIT
“El análisis lo hice para la Organización Internacional del Trabajo. Ellos vienen haciendo una articulación en el Huila, con productores, instituciones, dirigido a toda la red que está dentro de la Federación de Cafeteros. Con la dirección de esta entidad, se dan pasos para pensar en el trabajo decente, no solo entre productores, sino recolectores”, dijo el profesor.
Quien agregó que las condiciones para las mujeres recolectoras, es compleja, debido a que se mojan, deben solicitar ayuda para llevar los bultos hacía los destinos finales y en oportunidades les roban el café.
Asimismo, muchos de los trabajadores, sueñan con ser propietarios de fincas, han encontrado operarios de más de 60 años de edad, también a menores recolectando café, quienes interrumpen sus estudios, aumentando las tasas de deserción estudiantil, por ende se deben promover otro tipo de ‘caminos’ para los jóvenes.
Para la realización de esta investigación, el docente visitó los municipios de Gigante, La Plata, Íquira, Pitalito y Palermo.
El investigador, dijo que lo principal de este análisis, es generar condiciones para el trabajo decente, propiciar una labor interinstitucional para que dentro de los organismos públicos, sectoriales, se empiecen a atender todas estas problemáticas y así generar un sector más equitativo.
En la distribución por género, los hombres representan más del 85% del empleo en la recolección, pero la mayor ocupación de hombres está en las fincas medianas y grandes, en las que el trabajo es remunerado, mientras que las mujeres laboran más en fincas pequeñas, donde predomina el trabajo familiar.