En medio de la adversidad y una lucha incansable contra la leucemia linfoblástica aguda, la historia de Martín Javier Camacho Camacho es un testimonio de valentía y esperanza. Desde su diagnóstico hasta sus intensivos tratamientos en Bogotá, la familia Camacho ha enfrentado desafíos económicos y personales, pero también ha experimentado el poder del apoyo comunitario.
Diario del Huila, Huila
En medio del arduo recorrido que han tenido que atravesar en los últimos dos años, los padres de Martín Javier Camacho, quien fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, expresan su profundo agradecimiento a todas las personas que, de una u otra manera, brindaron apoyo económico durante la fase más intensa del tratamiento de quimioterapia.
«Sentimos una inmensa gratitud y admiración por todas las personas que nos tendieron su mano en el momento oportuno. Hoy en día, nuestro hijo Martín está superando el cáncer, lo cual nos llena de una alegría indescriptible. Aunque cada día continúa siendo un desafío debido a los tratamientos mensuales en la ciudad de Bogotá, estamos plenamente seguros de que prevaleceremos», compartió Javier Camacho, su padre, en diálogo con el Diario del Huila.
Martín Javier Camacho Camacho, con tan solo tres años de edad, ha enfrentado una dura batalla contra el cáncer linfático durante los últimos dos años de su corta vida. Su historia comienza el 10 de noviembre de 2021, cuando su madre, Ana María Camacho, tomó la decisión desesperada de trasladar a su hijo desde la tranquila localidad de Aipe hasta la bulliciosa Bogotá en busca de atención médica urgente. En ese momento, Martín estaba ingresado en la clínica Medilaser de Neiva, sin un diagnóstico claro que explicara su deterioro de salud.
La familia vivía cerca de Aipe, donde el esposo de Ana María trabajaba en el sector del café. La madre recuerda cómo Martín comenzó a experimentar fiebre recurrente, moretones inexplicables en su pequeño cuerpo y sangrados nasales preocupantes.
La determinación de llevar a Martín a Bogotá surgió después de una conversación con una hematóloga que ya conocían desde el nacimiento prematuro del niño, cuando lucharon contra una infección que casi le costó un dedo. La especialista les aconsejó trasladarse a Bogotá, ya que en Neiva la espera para ingresar al Hospital Universitario era prolongada. Ana María recuerda con angustia: «Desde entonces, hemos tenido que enfrentar todas las adversidades para salir adelante con nuestro hijo. Lo llevé a Bogotá por mi cuenta, lo ingresé al hospital de la Misericordia y al día siguiente obtuvimos el diagnóstico: células cancerosas».
La enfermedad
El diagnóstico de Martín fue devastador: leucemia linfoblástica aguda en fase de crisis tumoral. Fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos, y su lucha comenzó. Ana María relata: «Su evolución ha sido una montaña rusa, pero siempre hemos mantenido la fe, a pesar de ver a muchas personas sucumbir debido a la intensidad de la quimioterapia. La mano de Dios y la Virgen María han estado presentes en su vida, y hemos avanzado en su tratamiento».
La madre pasó un año completo en la clínica debido a la necesidad de realizar la primera fase de quimioterapia de forma intrahospitalaria. No salió de la clínica durante 90 angustiosos días, observando a su hijo luchar contra los efectos del tratamiento. En marzo de 2022, las sesiones de quimioterapia pasaron a ser semanales, y de junio a diciembre se redujeron a quincenales.
En enero de este año, los médicos especialistas realizaron un estudio que reveló que Martín aún tenía un 20% de células cancerosas en su cuerpo. Permitieron que la familia regresara al Huila, ya que las quimioterapias pasaron a ser mensuales. Sin embargo, esta situación plantea nuevos desafíos, ya que el viaje a Bogotá, con más de 12 horas de distancia, puede exponer al pequeño Martín a infecciones debido a sus defensas debilitadas.
El tratamiento aún continúa en Bogotá, lo que significa que Ana María y su hijo deben realizar largos viajes para recibir la quimioterapia, con el objetivo de erradicar completamente el cáncer y permitir que Martín crezca sano y fuerte, como cualquier niño de su edad.
Sin embargo, la situación económica de la familia sigue un poco debilitada, debido a los gastos médicos y la pérdida de ingresos. «Antes de todo esto, mi esposo se dedicaba a comprar y revender café, arrendaba tierras para sembrar, pero la enfermedad de nuestro hijo nos ha dejado incluso con deudas en el banco. Tengo la esperanza de que nuestro hijo venza el cáncer y podamos volver a trabajar y superar esta dificultad económica», expresó Ana María.
Deuda con los bancos
Javier Camacho comparte que, en la actualidad, una de sus preocupaciones principales es la deuda que asciende a más de 45 millones de pesos, contraída con algunas entidades financieras para financiar el tratamiento de su hijo. «Los bancos están al borde de ejecutar embargos. Solo solicito una oportunidad para ponerme al día financieramente, de manera que pueda cumplir con estas responsabilidades», expresó.
A pesar de las dificultades, el espíritu de Martín llena de esperanza a su familia. Aunque se siente decaído después de las quimioterapias, su ánimo se eleva al volver a casa y reunirse con su hermana. Ana María comparte con emoción: «Martín sufre mucho cada vez que vamos a la clínica, porque sabe lo que le espera, pero al ver a su hermana, recobra la alegría».
Esta familia, que se dedica a la producción del café, y que espera poder recuperarse económicamente, se encuentra ahora endeuda con los bancos, pues muchos de los medicamentos que le fueron suministrados a Martín corrieron por cuenta de ellos. Sin embargo, mantienen la fe inquebrantable de que su hijo es ya un sobreviviente del cáncer.
Aquellos que deseen apoyar a Martín y su familia pueden hacerlo a través del número de Nequi 310 7521284 y la cuenta de ahorros Bancolombia 45354389511. Cualquier ayuda, por pequeña que sea, contribuirá al bienestar de Martín y el de su familia que hoy en día busca cómo pagar las deudas con los bancos.
