Los resultados promulgados por el Dane recientemente sobre el buen desempeño de la economía en el país muestran un significativo repunte del dinamismo empresarial. Al crecimiento del PIB semestral de 2021 de 17,6 por ciento, a pesar del paro nacional y los bloqueos, se sumó el de hace pocos días el comportamiento de la industria manufacturera que ha sido uno de los sectores con mayor dinamismo durante la recuperación económica y, de hecho, su nivel de producción real, ya es 16,9% más alto que el que se reportaba en 2019, según las cifras del Dane.
El vaso se rebasó, en el sentido en que estamos produciendo de más. El nivel de producción de la industria manufacturera está 16,9 puntos porcentuales por encima de un mes promedio del año 2018, así lo ha ratificado el director del Dane, Juan Daniel Oviedo. La última encuesta de la entidad de estadística evidenció que en agosto este indicador tuvo un crecimiento de 22,9% frente al mismo mes de 2020 y de 10,4% si se compara con 2019. La recuperación de la industria no se ha traducido en mejoras notables sobre los niveles de empleo, éstos todavía permanecen 3% por debajo.
Además, el Dane publicó los resultados de la Encuesta de Pulso Empresarial para el mes de septiembre, donde el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) llegó a su nivel más alto desde el inicio de la pandemia al subir 1,8 puntos porcentuales, hasta 63,1 puntos. Es el indicador más alto en 41 años. Por ramas de actividad, el comercio presentó una confianza de 62,9 puntos, las industrias manufactureras y servicios de 63,7 y la construcción de 58,9%. Este es un indicador de 0 a 100, en donde cualquier valor por encima de 50 está reflejando que las expectativas de los empresarios están pasando de un nivel de estabilidad a un nivel de mejoría, específicamente entre 50 y 75.
Lo anterior, es producto también porque en el mes de septiembre el sector de servicios tuvo una buena dinámica de reactivación, sobre todo porque ha estado asociada al levantamiento de las restricciones de aforo y con la apertura de una gran cantidad de actividades económicas asociadas con el retorno de los trabajadores a su sitio de trabajo físico. Esto llevó a que el indicador de confianza empresarial para el sector de servicios se ubique en 63,7. Este comportamiento de la producción nacional ha generado una ola de optimismo entre analistas, expertos y empresarios.
No obstante, la reactivación de la economía con empleos estables y la reducción de la pobreza siguen siendo inmensos retos para Colombia. En un país necesitado de buenas noticias, hay optimismo y hay impulso, que debe concentrarse en reactivación con mayor equidad.
