En Colombia los adolescentes están presentando altos niveles de riesgo de ser asesinados o de ser utilizados como instrumentos de guerra, por parte de las organizaciones narcoterroristas, que cada vez los reclutan a la fuerza, para sus fines delincuenciales. Igualmente, son cada vez las denuncias por abusos sexuales por parte de desaptados sociales, que no les interesa la edad y en muchas ocasiones los asesinan salvajemente. La descomposición que ocurren en algunos hogares está contribuyendo para que algunos menores de edad terminen siendo utilizados por las organizaciones criminales, volviéndose un peligro para la sociedad colombiana. Inclusive los hechos de violencia irracional que se han presentado en otrora, durante las manifestaciones de inconformidad que se han presentado, algunos expertos en familia han expresado su preocupación por establecer los orígenes que han provocado estos irracionales comportamientos que la opinión pública ha conocido.
De acuerdo con las autoridades, los restos de la menor Sofia Delgado Zúñiga de 12 años fueron encontrados en una zona de cañaduzales en el corregimiento de Villagorgona. Luego de permanecer 17 días desaparecida, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de la menor, a quien se le había perdido el rastro en el municipio vallecaucano de Candelaria. Por este caso, hay dos capturados quienes habrían participado en la desaparición forzada de la menor. Uno de los detenidos registra en SPOA, anotación por acto sexual con menor de 14 Años, proceso activo en etapa de juicio del año 2018. El homicidio de esta menor deja ver la alarmante cifra de este tipo de crímenes contra esta población en Colombia. Durante el presente año van 375 asesinatos de menores. El confeso asesino fue detenido por las autoridades judiciales.
La escalada de feminicidios y crímenes contra menores de edad que por estos días sacuden a Colombia es un desafío ante el cual el Estado y la sociedad tienen la obligación de hacer siempre mucho más. Las Cortes han abierto un importante debate sobre la mejor vía para evitar impunidad frente a delitos como el feminicidio y otros que hieren profundamente los fundamentos de la sociedad. Es claro que un frente clave en la batalla contra los asesinatos de menores de edad es el de la prevención. Frente que no solo incluye que haya mecanismos eficientes para proteger a las niñas en riesgo y extensas campañas tanto en casa como en las escuelas para desaprender las conductas machistas, sino prevenir atacando, por todos los medios, la violencia en casa. Esa es una realidad que deben tener clara el Estado y el país mismo. Estos delitos abominables son la expresión más degradada de esa violencia que el Estado, en su función de prevención y protección, y particularmente el sistema judicial, con acompañamiento a las familias y seguimiento efectivo a los procesos, deben frenar a tiempo.