Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Cerca de 50 de los 180 campesinos que constituyeron la asociación que dio apertura al mercado campesino del barrio Calixto Leiva de Neiva se aferran a su trabajo y se reinventan para seguir suministrando productos del campo como desde hace 40 años.
Como va a hacer 40 años en marzo de este año, los campesinos de la zona rural de Neiva, por una iniciativa del entonces alcalde de la ciudad Ramiro Gutiérrez Perdomo, se mantienen unidos para brindar sus productos de manera directa al consumidor.
Uno de estos mercados es el Mercado Campesino de Calixto Leiva, que con múltiples inconvenientes se sostiene, gracias a la tenacidad de cerca de 50 de sus más de 180 fundadores. Han sobrevivido a acciones legales que los han querido sacar y actualmente se reponen a los embates de la pandemia que los redujo en cantidad más no en calidad.
Muchos desde el jueves en las horas de la tarde se trasladan a Neiva, para abrir sus puntos de venta el viernes a primera hora. En principio solo estaban autorizados para vender el viernes en la tarde, casi en la noche y el sábado hasta el mediodía. Ahora atienden todo el viernes y el sábado medio día.
Diario del Huila retornó a este espacio que como pocos se niega a desaparecer, para palpar el sentimiento de los campesinos y de los usuarios que como clientes habituales acuden al Mercado campesino del barrio Calixto Leiva de la capital del Huila.
“Estamos como está todo el mundo, porque esto de la pandemia, ha dejado una secuela muy marcada, aquí todavía hay campesinos que no han vuelto porque tienen más de 60 o 70 años, por temor a la pandemia se alejaron, no han vuelto. Esa es como la lucha más dura en los últimos tiempos”, sostiene don Ilder Hernán Vidal, presidente del mercado campesino de Calixto.
Este hombre de contextura gruesa, buena estatura y voz recia, nos recibe junto a la venta de plátanos de campesinos que traen este producto desde las vegas del Corregimiento de San Luis en el occidente de Neiva.
“En lo que tiene que ver con la organización nos hemos reunido con funcionarios de la alcaldía y de la gobernación para asesorarnos y conseguir algunos materiales que permitan modernizar la presentación, tenemos unas 500 canastillas que vamos a entregar dentro de dos o tres semanas y de esta manera, el mercado nos va a quedar mejor organizado y presentado, lo que es positivo por el apoyo institucional que comenzamos a tener”, sostiene.
En el tema de asociados, Vidal cuenta que, “antes de la pandemia estaban llegando 150 de los asociados cada fin de semana, ahora están llegando la mitad o un poco menos. Algunos no han vuelto, otros se han muerto y algunos han buscado otras formas de comercializar sus productos, un ejemplo son los comerciantes de plátanos de San Luis que llegaban unos 15, solo están viniendo 2, que son los que están ahí”, agrega.
Para el directivo campesino, hace mucha falta la promoción de la producción del campo y cita como previo a la apertura del pasado fin de semana el lugar donde operan estaba lleno de compradores. Eso los hace sentir orgullosos de su labor. “Nosotros a esto lo llamamos un encuentro cultural, entre campesinos y la gente que vive en la ciudad, qué habitante de la ciudad no tiene familiares en el campo y viceversa, es eso lo que venimos haciendo en esta hermandad entre los pueblos”, añade.
Los productos en su mayoría son de la zona rural de Neiva, aunque se encuentran unos que otros productores de Palermo, Baraya, Tello, Rivera, Santa María, como municipios distintos a la capital.
La participación de la mujer
Desde los inicios de estos mercados campesinos que alcanzaron a ser 12 en toda la ciudad, la participación de la mujer ha sido fundamental, como complemento a la labor de los hombres que se han dedicado a sembrar la tierra.
Alejandra Gutiérrez es la vicepresidenta del mercado campesino en este sector de la ciudad, recuerda que una vez se abrió después de la pandemia, comenzaron cinco personas, “hoy en día somos 45, las que hemos avanzado, gracias a Dios nos ha motivado poder recibir ayudas como canastillas, pesas y otros elementos que mejorarán la presentación, le vamos a cambiar la cara a nuestro mercado”, inicia.
Continúa y comenta que el mercado se compone además de ellos como productores, de complementadores, transformadores y otras cosas que le dan valor agregado a su labor.
“Seguimos siendo las mujeres las que lideramos, por ser inquietas, somos las organizadoras, somos el complemento de los hombres, unidos entre todos hacemos un buen equipo para éxito y que este mercado no desaparezca como han desaparecido otros”, concluye.
Otra de las mujeres que apoya a don Ilder en su trabajo como organización es Luz Helena Gonzales, que ejerce como tesorera, “gracias a Dios nos sostenemos como mercado campesino, estamos vendiendo bien, es más el producto del campo que complementador el que se encuentra aquí, sostiene.
Luz Helena, vende frutas, tamales, envueltos de maduro, pan de esponja, cucas, productos que elabora en su lugar de residencia en Vega Larga en el occidente de Neiva.
Los productores
En el mercado campesino de Calixto se encuentra toda clase de productos del campo y además, carne, pollo, pescado y los llamados complementarios. Uno de los productores de plátano de la zona de San Luis es Otoniel Charry, de la vereda La Libertad de ese Corregimiento, “Yo me había ausentado por la pandemia, pero habitualmente vengo aquí desde la edad de 16 años y actualmente voy a cumplir 55, así que haga cuentas, es toda una vida, lo que lleva el mercado”, refiere.
“La mayor dificultad para producir se encuentra en el costo de los insumos, pero lo que más nos afecta a nosotros los campesinos es el mal estado de las vías de penetración, nosotros como sea producimos, pero sacar al mercado el plátano, es toda una odisea”, indica.
Otra situación que han tenido que enfrentar tiene que ver con los cambios generacionales, los jóvenes actualmente en una gran mayoría no quieren dedicarse a las labores del campo, por lo que se presenta una gran escasez de mano de obra. Los que iniciaron se están poniendo viejos y los jóvenes muy pocos se quedan en el campo. Esa es la gran disyuntiva.
Esta es la situación de una aventura, que inició el entonces alcalde Ramiro Gutiérrez Perdomo y que va camino a cumplir 40 años con altas y bajas, pero ante todo como una fuerza de unión entre la zona rural y la zona urbana, ante todo sus habitantes que cada ocho días tienen una cita en el mercado campesino del barrio Calixto Leyva.