Mil millones de pesos perdidos por carneo en 2024. La directora ejecutiva del Comité de Ganaderos del Huila, Luceny Muñoz, aseguró a Diario del Huila que en lo que va corrido del año alrededor de 200 cabezas de ganado han sido víctimas del carneo. Los municipios del norte del Huila, los más afectados.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Por: Gustavo Patiño
En enero de este año, a un campesino del corregimiento de Vegalarga, le fueron hurtadas siete vacas lecheras, las cuales fueron encontradas en un potrero cercano, seis de ellas habían sido despojadas de la carne y solo estaban los huesos. La séptima, estaba siendo atacada por los chulos o gallinazos, ya que la habían dejado muerta, al parecer por falta de tiempo de los cuatreros. Según Luceny Muñoz, directora ejecutiva del Comité de Ganaderos del Huila, las pérdidas por este delito en lo que va corrido del 2024 son millonarias y, en su mayoría, afectan a los pequeños ganaderos y hatos lecheros.
Muñoz advierte que los delitos del abigeato y el carneo no solo representan un golpe económico devastador para los productores, sino que también revelan una serie de deficiencias estructurales en el manejo y control de esta problemática, incluyendo el subregistro de casos y la falta de controles sanitarios adecuados.
Incremento del carneo
El carneo, una modalidad de delito que implica el sacrificio de animales directamente en las fincas, potreros o corrales durante la noche, se ha convertido en una amenaza constante para los ganaderos del Huila. En diálogo con el Diario del Huila, Luceny Muñoz explicó que, en 2024, este delito ha mostrado un incremento preocupante, especialmente en los municipios de la zona norte del departamento, como Tello, Baraya, Villavieja, Neiva y Campoalegre.
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“En lo que va corrido de 2024, hemos evidenciado un incremento preocupante del carneo, principalmente en la zona norte del departamento”, indicó Muñoz. Este delito no solo implica la pérdida directa de los animales que han sido sacrificados, sino que también tiene un impacto devastador en la capacidad productiva y genética de los hatos ganaderos. «Es triste para el ganadero porque esos animales que son sacrificados bajo la modalidad de carneo son normalmente vacas de la lechería, con una genética superior y que además están produciendo los ingresos por la leche que generan», subrayó.
Dos vacas preñadas
Un caso reciente en el municipio de Campoalegre ilustra la magnitud del problema. Allí, dos vacas preñadas con embriones de alto valor genético, adquiridos por inseminación mediante programas de promoción de la ganadería de la Gobernación del Huila, fueron sacrificadas en una sola noche. “El productor, además de perder el animal, pierde el valor de la genética que ha venido construyendo durante mucho tiempo”, explicó Muñoz, “el valor de esas dos vacas sacrificadas es de cerca de 16 millones de pesos, casi 20 millones que perdió el ganadero en una sola noche”.
Las pérdidas económicas derivadas de estos delitos son significativas. Muñoz señaló que el Comité de Ganaderos del Huila ha documentado cerca de 80 casos de carneo en lo que va del año, afectando a aproximadamente 200 cabezas de ganado. “Las pérdidas, estimadas en mil millones de pesos, son particularmente graves para los pequeños ganaderos, quienes dependen de unas pocas cabezas de ganado para su sustento”, afirmó Muñoz.
En promedio, una vaca de lechería con alto valor genético puede costar alrededor de 4,5 millones de pesos, lo que significa que cada acto de carneo puede representar una pérdida irrecuperable para los productores. “Una lechería fácilmente puede estar compuesta por seis o siete cabezas de ganado, y si le sacrifican dos o tres, están perdiendo el 50% de su hato lechero”, añadió Muñoz. Este tipo de pérdidas puede ser devastador para pequeños productores, quienes no solo pierden el valor económico del animal, sino también los ingresos diarios que generaba a través de la producción de leche.
El subregistro
A pesar de la gravedad de la situación, uno de los problemas más significativos que enfrenta el sector ganadero en el Huila es el subregistro de casos de carneo y abigeato. Según Luceny Muñoz, la falta de denuncias oficiales es un obstáculo importante para combatir estos delitos de manera efectiva. “Normalmente, los productores que han sido víctimas del carneo ni se acercan a la estación de policía o a la Fiscalía”, comentó Muñoz. Esta reticencia a denunciar se debe a la percepción generalizada de que no vale la pena el esfuerzo, ya que no hay posibilidades de recuperar los animales sacrificados. La directora del Comité de Ganaderos explicó que el proceso de denunciar un caso de carneo es complejo y, en muchos casos, frustrante para los productores.
“El productor ve que es un animal que está sacrificado por carneo, donde ya no encontró sino los huesos y las partes que ya no se comercializan, y para él es una pérdida de tiempo ir a hacer la denuncia porque ya sabe que no se va a recuperar absolutamente nada”, señaló. Este sentimiento de impotencia es común entre los ganaderos, quienes consideran que el sistema de justicia no les brinda el apoyo necesario para enfrentar esta situación.
El subregistro es una dificultad grave porque impide tener una visión completa de la magnitud del problema. Y dificulta la implementación de estrategias efectivas para combatirlo. “Llevamos cerca de 80 casos documentados con alrededor de 200 cabezas de ganado afectadas en 2024. Pero sabemos que estos números están lejos de reflejar la realidad total del problema»”, admitió Muñoz. El subregistro también afecta la capacidad de las autoridades para identificar patrones de criminalidad y actuar de manera proactiva en las áreas más afectadas.
El abigeato
En contraste, cuando se trata de abigeato, que es el hurto de animales en pie, los ganaderos son más propensos a denunciar. “Cuando el delito ya no es carneo sino abigeato. El ganadero sí denuncia porque existe la posibilidad de, a través de un trabajo juicioso solicitándole a la Policía o a la línea de Carabineros. Se puedan rescatar esos animales y realmente recuperarlos”, explicó Muñoz. En estos casos, la posibilidad de recuperar las reses motiva a los ganaderos a involucrarse en el proceso judicial. Pero en el caso del carneo, donde la pérdida es irreversible, la motivación para denunciar es mucho menor.
En el norte
El análisis de los casos documentados en 2024 revela que los municipios de la zona norte del Huila son los más afectados por el carneo y el abigeato. “En los municipios de la zona norte, como Tello, Baraya, Villavieja, Neiva y Campoalegre. Es donde hemos visto el mayor impacto de este fenómeno», afirmó Muñoz. Estos municipios, que son clave para la producción ganadera del departamento, han sido blanco de bandas criminales que operan con impunidad en la región. “Lo que nos dice la policía es que, aunque no hay una banda estructurada con un nombre exacto como en años anteriores, sí hay actores que realizan diferentes labores dentro del eslabón del delito”, explicó Muñoz. Estos actores incluyen a personas que informan sobre las fincas vulnerables, así como aquellos que transportan y compran la carne producto del carneo.
Muñoz también mencionó que, aunque la zona norte ha sido la más afectada en 2024. A comienzos de año también se reportaron casos significativos en los municipios de Tesalia y La Plata, en el occidente del departamento. “A comienzos de año, también fue muy afectado el municipio de Tesalia y La Plata en el occidente. Pero hemos evidenciado que ya ha disminuido y las bandas están ahora en la zona norte”, indicó. Este desplazamiento de la actividad criminal sugiere que las bandas de carneros y abigeos se adaptan. Y cambian de ubicación en respuesta a las medidas de seguridad implementadas en diferentes regiones.
No hay suficientes controles
Otro aspecto crítico de esta problemática es la falta de controles sanitarios adecuados por parte de las secretarías de salud municipales y departamentales. Según Muñoz, la carne producto del carneo a menudo se comercializa en puntos de expendio cercanos a los cascos urbanos o incluso en las mismas veredas, lo que representa un riesgo para la salud pública. “En muchas de las ocasiones, esa carne es comercializada en las mismas veredas. Lo que aumenta el riesgo de que llegue al consumidor sin ningún tipo de control sanitario»”, advirtió.
La falta de controles rigurosos en los puntos de expendio de carne es un factor que contribuye a la perpetuación de estos delitos. “En la medida que haya un fuerte control en el cumplimiento de requisitos higiénico-sanitarios en los puntos de expendio. Y que se exija la documentación pertinente sobre el origen de las canales, se podría ayudar a prevenir estos delitos”, argumentó Muñoz. Sin embargo, este tipo de control es prácticamente inexistente en muchas zonas rurales del Huila. Lo que facilita la comercialización de carne proveniente del carneo y el abigeato.
Llamado a las autoridades
Muñoz también hizo un llamado a las autoridades sanitarias para que intensifiquen los controles. Y realicen inspecciones más rigurosas en los puntos de venta de carne. “Aquí es donde efectivamente también hay que hacer el llamado a la Secretaría de Salud municipal o departamental. Porque en la medida que haya un fuerte control no solamente en el cumplimiento de requisitos higiénico-sanitarios en los puntos de expendio. Sino también solicitando la documentación de dónde provienen esas canales. Podríamos reducir la demanda de carne proveniente del carneo», sugirió. La falta de controles adecuados no solo pone en riesgo la salud de los consumidores. Sino que también perpetúa un ciclo de criminalidad que es difícil de romper. “Mientras haya compradores de este tipo de carne, siempre van a estar los carneros y los abigeos tratando de hurtar”, concluyó Muñoz. Haciendo un llamado a la responsabilidad tanto de las autoridades como de los consumidores.
