EL RINCÓN DE DIANA
Por: Diana Montes
Para que haya manufactura, es necesario que haya materia prima a ser transformada. En el mundo altamente tecnológico en el que vivimos, gran parte de la materia prima que usamos proviene de minerales que se encuentran en la litósfera y que se extraen por medio de la actividad minera. Así que la minería es una actividad necesaria para la economía y para sostener la calidad de vida que hemos alcanzado con la civilización industrial que tenemos. Sin embargo, la industria extractiva de la minería, al tener tan poco valor agregado, debido a que se trata de materiales en bruto, no deja mucho desarrollo económico si se hace aisladamente; solamente si está conectada a una cadena de valor, donde distintas empresas transformen esa materia prima en bienes manufacturados (por ejemplo, computadores o celulares), puede ser una importante palanca de apoyo para entrar en la senda del desarrollo.
Lamentablemente, el caso colombiano es justamente el de la minería aislada, pero es incluso más grave: las empresas que realizan esta actividad a gran escala no son colombianas, así que los beneficios que podría dejar esta actividad son aprovechados por economías de otros países. Lo único que nos dejan son unas regalías que además son bajas.
Por eso, es una gran noticia la propuesta de crear una empresa estatal de minería. ECOMINERALES sería su nombre, y el proyecto de ley propuesto por el Ministro de Minas ya se está discutiendo en el Congreso. No soy partidaria de que el Estado controle la economía, pero sí considero que cuando el sector privado no puede adelantar por iniciativa propia una actividad necesaria para el desarrollo económico, el Estado debería allanar el camino por medio de una empresa pública. El caso más espectacular de desarrollo económico así lo confirma: China permite la iniciativa privada, pero las empresas estatales tienen estándares de eficiencia que les permite jugar un papel importante como locomotoras de la economía. ¿Por qué no replicar los ejemplos que funcionan?
