Por: Mario Solano El reciente ganador del Premio Nobel de Economía, subrayó que la concentración del poder en pocas manos impide que haya una distribución más equitativa de las oportunidades, limitando el acceso a mercados y por ende, el bienestar de la población. Un ejemplo de este fenómeno es el de los licores, actualmente la Corte Constitucional está revisando el caso de los monopolios sobre los licores departamentales. algunos argumentan que las rentas tributarias locales asociadas a este monopolio se afectarían negativamente. Pero el libre mercado de licores podría resultar beneficioso en términos de rentas tributarias, para los sitios donde se vende, como donde se produce, por la expansión de la base impositiva. Este modelo fomentaría la competencia entre productores, mejorando calidad y disminución de precios, lo que beneficiaría a consumidores y a las arcas de cada región, disminuyendo el contrabando. Otro monopolio, el transporte terrestre por carreteras que en su momento, bloqueó el desarrollo del transporte ferroviario, un sistema más eficiente y económico, dejando a Colombia rezagada en transporte de trenes. Es un ejemplo de cómo las decisiones económicas centralizadas y restrictivas obstaculizaron el progreso. Otro tema crucial es la centralización de los impuestos. En el Congreso, se está tramitando una ley que incrementa las transferencias del gobierno central a las regiones del 23 al 47%, esto les daría la oportunidad de gestionar mayores inversiones a las regiones. No obstante, este potencial depende en gran medida de la elección de líderes locales con integridad, que tengan experiencia y conocimientos para gestionar eficientemente los fondos públicos, ya que una mala administración perpetua las desigualdades y frena el progreso. En la política, Colombia ha avanzado significativamente en la democratización del poder. el país años atrás estaba controlado por seis familias que ejercían una influencia considerable sobre el destino político y económico de la nación. en la actualidad, el acceso al poder se ha abierto, permitiendo la participación de individuos de diferentes orígenes y trayectorias. Un ejemplo claro es el presidente actual. Nos queda el monopolio de la educación, Fecode, sindicato que concentra el poder sobre la educación, le teme al cambio y retrasa el desarrollo del pais. En última instancia, un país que fomente la competencia, la transparencia y la descentralización de recursos, será un país más preparado para enfrentar los desafíos del desarrollo económico, social y político.