DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
En dos días seguidos se produjeron hechos memorables para la tauromaquia. No pasó en la Cámara de Representantes la ponencia que pretendía acabar con las corridas de toros en Colombia. Menos de 24 horas después, llegó la gesta de José Antonio Morante de La Puebla en Sevilla, donde cortó un rabo, algo que no ocurría hace 52 años. Tras la faena en una de las plazas más exigentes del mundo, lo están catalogando como el mejor torero de la HISTORIA. Con el cuarto ejemplar sublimó el arte del toreo cortando dos orejas y un raboal astado de Domingo Hernández que también dio la vuelta al ruedo. Morante nació en La Puebla del Río, municipio de 12 mil habitantes en las goteras de Sevilla, a orillas del Guadalquivir. Ama su terruño al punto que lo lleva en su nombre artístico. Allí tiene su hogar y su finca de recreo, “La Huerta de San Antonio”, y nacieron las dos esposas que ha tenido y sus 3 hijos (José Antonio, Lola y María). En su pueblo ha invertido antes y después de su alternativa de Matador de Toros, recibida en 1997 de manos de César Rincón. Después de una corrida en Sevilla, a la que asistimos con nuestra hija María Margarita, quien trabajó varios años en la empresa que tenía la exclusiva mundial de los contratos de Morante, el torero nos invitó a un remate de corrida en un negocio suyo en La Puebla del Río. Fue la locura. María organizó durante tres años el Morante Tour, evento que precedía las presentaciones del torero en plazas de España y Méjico. Para promover la Feria del Pilar 2015, surgió la idea de elaborar un cartel con Morante en traje de luces caracterizando a Salvador Dalí. Espectacular porque supo interpretar la personalidad del pintor. Su pueblo natal le corresponde con el mismo amor. En su parque principal adornado con trofeos, trajes de luces y trastos toreros, le rindieron un homenaje, del cual nuestra hija escribió: “Un privilegio poder acompañarle en este día en que su pueblo le hace hijo predilecto de manos del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa». A su valor, arte y amor propio, Morante suma sus esfuerzos para que la fiesta perdure y crezca. Torea lo que nadie quiere ver, rescata suertes antiguas y se sale de la monotonía. Enhorabuena por Morante y la fiesta brava.
