El presidente se la jugo a la par por una reforma tributaria improcedente, inoportuna e inequitativa. Mal recibido por la opinión, la ciudadanía y varios sectores y partidos del congreso de la república. A mala hora este proyecto de ley que golpea fuertemente el bolsillo de los colombianos, llega como solución a la insolvencia que podría tener el gobierno como lo expone el ministro Carrasquilla, que de paso nunca ha pasado por un supermercado a comprar una docena de huevos, como quedo en evidencia en la entrevista con Vicky Dávila.
De paso ponen oficializan el decreto 380 del 2021, donde manifiestan la aspersión área con glifosato, luego de haber prometido en varios debates políticos como candidato no volver a tener esta técnica, una mentira más que sale como presidente, y que se volvió costumbre. Este acto administrativo también encarna la visión simplista sobre cómo debe tratarse la política antidroga. Ven como única solución a este grave problema estructural, y que es la menos efectiva para enmendar el narcotráfico.
Como podemos explicar el aumento de operaciones de interdicción, control de precursores químicos, destrucción de laboratorios y procesos de extinción de dominio, y más allá el lavado de activos. El país fracaso totalmente en su política antidroga. ¿Quién consume la droga? ¿Quién fabrica los químicos para la transformación de la coca? ¿Quién provee las armas para fronteras de cultivación y proceso de transporte? El problema y cáncer del narcotráfico va más allá.
Los efectos cancerígenos que la Organización mundial de la salud elevo frente a los posibles efectos que pueden tener los químicos, son muy alarmantes, hay bastantes estudios nacionales que lo demuestran. Han demostrado que cuantitativamente que los daños a los sistema respiratorio, gástrico, dermatológico, óseo e incluso linfático que causa el herbicida, como posibles tipos de cáncer o abortos no inducidos, producto de esta aspersión.
Abrirle el paso a la fumigación área y a la misma reforma tributaria, tendrá dos grandes impactos sociales. Sin ser inmediatista, los aviones cargados de glifosato e impuestos cargados para la clase media colombiana, demuestra la desconexión y ausencia del estado, la falta de oportunidades y el incumplimiento con miles de familias que creyeron y se comprometieron con los programas de sustitución de cultivos y ese cuento de más salario mínimo y menos impuestos, que nunca se cumplieron en este gobierno.