La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se unió esta tarde a los argumentos del Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia, para asegurar que el país no es el punto de origen de una nueva y potencialmente peligrosa variante del covid-19 como lo ha señalado la Comunidad de Madrid, en España.
Se trata del linaje B1.621 detectado en enero de este año y que también ha hecho presencia en otros países como Estados Unidos, Curazao, México, Países Bajos, Dinamarca y Alemania.
“Esto resulta delicado, ya que además de generar información confusa sobre el origen del virus y el riesgo potencial que representa cada una de las variantes, propicia la discriminación y la estigmatización de países o territorios. De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya resuelto esta semana establecer nuevos nombres para las variantes de la covid-19 utilizando para su nomenclatura las letras griegas”, indicó al respecto el virólogo Jairo Méndez, asesor regional en enfermedades virales de la OPS.
Los argumentos del organismo van en consonancia con los señalados esta mañana tanto por el INS como por la Cancillería del país, que advirtieron que, “el hecho de reportar una variante no define a ese país como su lugar de origen. Se trata de una investigación colombiana, no de una ‘cepa colombiana’, como ha sido informado”.
Es decir, Colombia la descubrió a causa de su capacidad en investigación científica y su participación en proyectos de vigilancia, investigación y desarrollo sobre virus respiratorios, coordinados por la OMS, por medio de estudios epidemiológicos, análisis molecular y secuenciación genómica. Eso, sin embargo, no implica que sea este el territorio en el que el virus mutó para convertirse en la variante que genera preocupación en España.