El ADN de algunos ancestros nuestros ha convertido a diversos sectores del departamento para que continúe la violencia que está generando muerte y destrucción en las familias huilenses, producto de la irracionalidad y la demencia que afecta y enluta a éstas. Pero existen factores políticos que auspician estos escenarios que están perturbando el bienestar de toda la sociedad colombiana. Desde que se posesionó el actual primer mandatario de los colombianos, planteó al país la sana intencionalidad para buscar el sendero de la paz total con todos los actores generadores de violencia en el país, lo cual generó grandes ilusiones en la sociedad. Desafortunadamente en nuestro territorio se ha venido presentando una desbordada violencia de estos actores armados, quienes han roto la confianza que les ha brindado el Estado, al tenderles la mano para que se reinserten a la civilidad colombiana. Pero dentro de ese conjunto de medidas que adoptó el gobierno nacional, de debilitar progresivamente a la fuerza pública y al ejército nacional, que, junto con el error histórico de retirar más de 50 generales, que siempre han logrado éxitos militares desde tiempos pretéritos. Y disminuir el presupuesto para mantenimiento de los helicópteros y la aviación, lo mismo que para su modernización, han provocado que estas organizaciones narcoterroristas estén empoderadas y asestando violentos ataques a las guarniciones militares y asesinaros de integrantes de las Fuerzas Armadas del país. Paralelo a lo anterior la población civil de manera aleatoria también está sufriendo las mismas consecuencias.
Este fenómeno de violencia que se está incrementando en el país. Nuestro territorio no puede sustraerse a que esta irracionalidad ocurra., alertas tempranas por el incremento del desplazamiento forzado, homicidios, inseguridad ciudadana y extorsiones entre otros actos delincuenciales que están afectando el bienestar de las familias y la dinámica productiva del departamento. A pesar de los ingentes esfuerzos liderados por el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba Mosquera para gestionar ante las instancias nacionales un fortalecimiento del pie de fuerza para la Policía y Ejército, lo mismo para la logística e inteligencia militar para el territorio huilense, las organizaciones narcoterroristas se han venido desplazando a esta región.
Lo anterior, ha venido incidiendo para que el desarrollo de algunas actividades económicas como la agricultura, turismo y el sector terciario en general, se sientan afectados por la presión de estas organizaciones que están sometiendo bajo presiones y amenazas a los propietarios de estos establecimientos a pagar extorsiones y vacunas. En muchas ocasiones prefieren clausurar sus negocios y mantenerse en bajo perfil. Por tal motivo la inversión en capitales se ha semiparalizado, afectando el interés de estos actores empresariales, para crear nuevas unidades productivas. Y, por ende, el empleo sale afectado, porque no existen propicias las condiciones de seguridad en la región.