Por: Luis Humberto Tovar Trujillo
Hasta ahora, “ni están todos los que son, ni son todos los que están”; solo se conocen sancochos políticos, donde no se sabe hasta ahora, cual es el premio mayor de ese menú; solo se conocen los animales del sancocho, como en el caso de la extrema izquierda, que les da pena identificarse de extrema izquierda; y acuden como es su conducta, disfrazarse con otras denominaciones como centro, centro izquierda, puro centro y, ahora al presidente le dio por inventarse el centro extremo. Eso sí es peor.
Otros hablan más tímidamente de centro derecha, que vienen siendo mamertos camuflados, generadores de desconfianza por los antecedentes vividos recientemente. Aguas aromáticas, si se las toman no les hace daño y, menos si no se las toman; dan la apariencia de ser inofensivos y, cuando están en el poder son insoportables, son esencialmente fraudulentos ideológicamente, mientras llegan al poder y, luego se convierten en tiranos de verdad como sucedió en el gobierno Santos.
Los que hasta ahora han anunciado sus acuerdos políticos, al menos han coincidido en el mismo mensaje por las redes sociales, como siempre, se han entendido a las escondidas, luego, se destrozan a dentelladas en público.
Proclaman unidad por todos los poros, pero hacen lo contrario siempre, es una rutina de la extrema izquierda; igual hacen con el tema de la paz, pero en su interior practican la violencia, la agresión, la destrucción y, les echan la culpa a los demás interlocutores políticos de estas prácticas.
Cuando alguien de extrema izquierda se ahoga en un rio, hay que buscarlo rio arriba, siempre lleva la contraria en sus expresiones y en su actuar, desde luego, en su modo de pensar; son esencialmente fraudulentos, hasta en las elecciones; veamos Estados Unidos, Venezuela, España, y Colombia, para nombrar algunos; esperemos resultados de otros municipios como el dicho.
El fraude existe hasta en sus procedimientos internos; la desconfianza es total y el común denominador de sus actuaciones.
Necesitamos candidatos de derecha, de verdadera derecha, que en nada se parezcan a los matones tiranos de extrema izquierda que dicen detestar pero son sus mejores defensores, Stalin, los Castro, el Che Guevara; defensores de verdad, de la libertad y el orden, de la libertad dentro del orden, nada de abortistas, defensores de la propiedad privada como generador de riqueza, de la iniciativa privada, hasta ahora, Rafael Nieto, Paola Holguín, creo firmemente en Oscar Iván Zuluaga, el Coronel Mejía, por ahora.
Esperemos que esto se decante mejor, para la sanidad de Colombia y que lo que se predica en campaña se cumpla; nada de aguas aromáticas en la derecha y punto. Ser de derecha es una bendición.